Pero… ¿hace algo bien el directivo español?

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Comunicación interna con el propio equipo, toma de decisiones y delegación de tareas son las tres habilidades directivas en las que los empresarios y directivos españoles se autoreconocen más flojos, según una encuesta relativamente reciente. Es de suponer que ninguno de los encuestados habrá marcado la crucecita de marras en todas las casillas del cuestionario. Porque si algún empresario o directivo no sabe decidir cuándo y cómo se llevan a cabo las acciones, ni hacer que otros se ocupen de tareas en su lugar, no acaba de entenderse bien con su equipo, no se desenvuelve a gusto trabajando con las personas a su cargo y su fuerte no es la negociación, apañados están él y su empresa.


Un estudio realizado durante la primavera de este año, entre directivos y profesionales asistentes a los programas MBA de una de las más conocidas escuelas de negocios española, apuntaba como sus principales carencias la habilidad en el área de comunicación, los problemas a la hora de la toma de decisiones y la incapacidad para la delegación de tareas en otros. Ahí es nada. Casi cabría preguntarse, entonces, ¿qué hace bien entonces?

Tres grandes carencias

Los autores del estudio quisieron dejar claro que los problemas directivos pueden tener tres causas principales: falta de conocimientos, falta de habilidades y falta de visión. La primera de ellas se explica por sí sola, pero de la segunda se está ocupando, cada vez más, la práctica docente, entendiendo por habilidades directivas las capacidades y comportamientos que no se aprenden de modo conceptual, sino a través de la práctica. De hecho, la primera de las cuestiones preguntadas a los directivos era cuál sería su prioridad en el aprendizaje de estos tres aspectos, a lo que la gran mayoría señaló la casilla “habilidades directivas”. Lo cual no quiere decir que el tercero de ellos, la visión estratégica, a pesar de ser el menos “votado”, carezca de valor; antes al contrario: la percepción clara del entorno, en cualquier momento del proceso de gestión (el análisis, la toma de decisiones…), es una de las claves de la excelencia directiva.

La interpretación de las carencias autoreconocidas por los directivos encuestados apunta que estos no gozan todavía de las herramientas suficientes para llevar a cabo una gestión participativa en la que se cuente con el equipo, algo que parece estar últimamente en boca de todos los gurús del ‘management’. El problema no es tanto el saber dirigir o tomar decisiones en un momento dado, sino de adaptación a las nuevas circunstancias, tremendamente cambiantes, y en las que la forma de dirigir se ha vuelto más participativa, con necesidad de delegar tareas y negociar con el equipo. Un dato clave: siendo la toma de decisiones uno de los actos en los que se materializa de modo más puro la responsabilidad del directivo, resulta llamativo que su carencia sea más sentida precisamente en el segmento que ha de ejercerla al más alto nivel: empresarios y máximos directivos.

Formarse continuamente

Según se desprende del estudio, el directivo español debería, a la hora de plantearse un curso de formación, tener en cuenta todas estas carencias y buscar una combinación que una la capacidad de tomar decisiones con la habilidad para negociar y comunicarse, ejerciendo un liderazgo que posibilite la gestión del cambio de la que tanto se habla últimamente.

Y es que el nuevo perfil del directivo poco o nada tiene ya que ver con aquel otro tradicional, caracterizado por el “ordeno y mando” o la “gestión paternalista”. En la actualidad, los tiros van más por el profesional que sabe liderar un equipo, eficiente y en el que confía, y que transmite hacia afuera los valores diferenciales de su actividad.

Por otro lado, y por lo que se refiere a las carencias en el área de los conocimientos de gestión empresarial, la encuesta arroja una gran preocupación de los directivos españoles en tres campos concretos: sistemas de control y de información, dirección de los recursos humanos y dirección estratégica de la empresa. A tenor de los resultados, el directivo español actual siente la necesidad de elevar la calidad de su dirección estratégica, cuidar la gestión y desarrollo de su capital humano y mejorar, de la mano de las nuevas tecnologías, sus cuadros de control y sus sistemas de información. Pero su carencia más importante se centra en los nuevos enfoques de gestión.

Calidad y enfoque al cliente

Al mismo tiempo, la encuesta refleja una relativa seguridad en aspectos de gestión que se podrían considerar como “clásicos”, como las finanzas, la producción o la logística. Lo que refuerza la teoría de que los directivos españoles encuentran una mayor necesidad de aprendizaje en los aspectos más novedosos de la gestión o en aquellos en los que el enfoque empresarial precisa de planteamientos diferentes a los tradicionales.

Por último, y en lo referente a la visión global del negocio y entorno del mercado, los aspectos más relevantes señalados por los directivos son los relacionados con la calidad total y el enfoque dirigido al cliente. Dos áreas en las que no sólo se debe mejorar, sino dirigir incluso la actividad empresarial hacia ellas. Pero siendo los dos campos más señalados, el estudio señala que los altos directivos también consideran una carencia importante el enfoque a la globalización del mercado, mientras que los directivos medios y los profesionales consideran significativa la mejora de procesos.

«La aceptación de nuestras propias limitaciones –escribió Adolfo Bioy Casares– constituye eventualmente una sabiduría triste». Aunque bien pensado, también es el primer paso para ponerles solución.