¿Cómo será nuestro coche en el futuro?

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Muy pocos podían imaginar hace más de 100 años, cuando los primeros automóviles llegaron a este mundo, que algún día pudieran llegar a circular sin conductor.

Sin ir más lejos, probablemente muchos de vosotros habréis oído hablar, en lo que llevamos de año, de distintos fabricantes que han presentado vehículos con cierta o total autonomía. Y es que el automóvil del futuro, aquel que veíamos en películas de ciencia ficción, parece estar cada día más cerca de la realidad.

¿Cuántos soñamos con el día en que los atascos sean cosa del pasado? ¿Cuántos ansiamos poder sentarnos relajadamente en el interior de nuestro vehículo y esperar pacientes nuestra llegada a destino? Afortunadamente los últimos avances tecnológicos en el sector de la automoción apuntan a que, si todo sigue por el mismo camino, «el futuro» que todos ansiamos podría estar a la vuelta de la esquina.

Muchos «gurús» del sector predicen que antes de que esta década acabe la conducción autónoma será una realidad. De hecho, algunas marcas como Audi llevan una larga carrera de investigación en el campo con sistemas como el Audi Piloted Concept, con pruebas con las que han podido confirmar la fiabilidad de estos sistemas.

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En muy pocos años podríamos pasar de tener un papel multifuncional a convertirnos en meros pasajeros. En tal caso creemos que esta transición debería producirse de forma paulatina de manera que ambas partes (ser humano y máquina) se adapten perfectamente.

¿Por qué es importante diferenciar conducción autónoma y semi-autónoma?

Uno de los principales aspectos que puede ayudar a esta adaptación es el factor conocimiento, y es por ello por lo que nos gustaría detenernos un momento en este punto y distinguir entre los sistemas de conducción 100% autónomos y los sistemas de ayuda a la conducción, también llamados semi-autónomos.

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Sistemas de control semi-autónomos como el control de estabilidad, los asistentes para aparcamiento, el freno autónomo de emergencia, el control de velocidad de crucero, los asistentes de cambio de carril o los de conducción en atascos, son cada vez más comunes dentro del equipamiento opcional o de serie de muchas marcas, pero funcionan de manera independiente entre sí y necesitan de la figura que coordine las distintas partes.

Por esta razón, y aunque determinados medios hablen de sistemas de conducción autónoma, no deberíamos considerarlo como tal, dado que el vehículo necesita de la interacción de una persona para su funcionamiento. Si bien es cierto que algunos fabricantes aseguran tener a día de hoy la tecnología suficiente como para lanzar el primer vehículo con conducción 100% autónoma, donde no se requiera de la intervención del ser humano.

¿Y qué ocurre con aquellos a los que les apasiona conducir?

Aunque la tendencia general en el sector de la automoción viene marcada por una automatización absoluta, existen varios tipos de opinión enfrentados ante esta disyuntiva.

Por un lado, están los partidarios de la implantación de estos sistemas autómatas que confían en estos sistemas como garantes de seguridad. Por otro, podríamos encontrar los amantes del placer de conducir y de la mecánica en su más pura esencia. Mientras que, en un punto intermedio, podríamos agrupar a todo aquel que encuentra estos sistemas de asistencia de gran utilidad, pero presentan cierta desconfianza en el concepto de un sistema autónomo controlado en su totalidad por una máquina y carente de juicio moral ante una situación de crisis.

Por más que se evolucione en este sector, por más que logremos unos sistemas 100% autónomos y seguros en un 200%, probablemente ese «placer por conducir» tarde mucho tiempo en difuminarse en nuestro recuerdo.

Sea como fuere, en Grupo Sealco sabemos que, por más que quisiéramos, no podríamos prever el futuro para ti, pero lo que sí sabemos y te podemos garantizar es que estaremos a tu lado, preparados para ayudarte en todo lo que tu vehículo necesite, tanto si se conduce solo como si no.