«Cuando quieres cambiar pero tu cerebro no quiere que cambies», Luis Ferrero #frentealespejo

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«La mente que se abre a una nueva idea jamás volverá a su tamaño original».
Albert Einstein.


Negarse al cambio es una cuestión de supervivencia. Simplemente, nuestro cerebro lo rechaza. Y es que, aunque tengamos la idea que va a cambiar el mundo, nuestra mente no está diseñada para hacer cosas difíciles, que nos disgusten o nos «descoloquen». Al contrario, nuestro cerebro está diseñado para protegernos de lo desconocido y así maximizar las posibilidades de mantenernos con vida.

No obstante, de vez en cuando nos sentimos motivados para cambiarlo todo: ¿Acaso queremos acabar con nosotros?

Después de emplear años construyendo un entorno afable, algo en nosotros nos pide que desatendamos el cerebro; que sobrepongamos el riesgo ante las dudas que intentan evitar nuestro avance fuera de la zona de confort. Abandonarla es escapar del sueño de otros y aceptar vivir nuestro propio sueño.

Dejar la zona de confort es emprender, en cuyo camino me ha ayudado tener claro lo siguiente:

– Si puedes encontrar la manera de mejorar tu vida y la de otros, ¡hazlo hoy!
– Si no te motiva la opción que tienes para ganarte la vida, ¡cámbiala hoy!
– ¡Diviértete!, porque el camino es largo.

«Abandonar la zona de confort es escapar del sueño de otros y vivir el nuestro»

En 2015 era el responsable de marketing de una multinacional. Encargado de hacer que las personas consumieran más. Desde 2016 soy uno de los responsables de Yinper.com una empresa cuyo objetivo es fomentar que las personas consuman mejor.

Esto lo cambió todo.

Las empresas tienen departamentos de marketing cada vez más grandes, con el supuesto objetivo de satisfacer las necesidades de sus clientes. Pero en algún momento se perdió ese enfoque y se transformó en poder vender todo lo que fuera necesario para dar salida a la producción, con frecuencia excesiva, y con falta de ética en el empleo de recursos materiales y humanos.

Mi convicción era, y es, optimizar el ciclo de consumo tanto como las empresas optimizan su producción. Parece una utopía ambiciosa, y sin embargo solo había que pensarlo y hacerlo.

El valor real de los productos que compramos difiere del precio que pagamos. Se suple el impacto medioambiental y laboral por beneficio empresarial. Solo hay que pensar por ejemplo en la composición de cualquier producto con pantalla, y lo atractivo que resulta poseer la última tecnología lo antes posible. Y es que, el consumo responsable es un ideal escasamente aplicado.

Afortunadamente, Yinper ha conseguido un proceso tan sencillo y robusto que el consumidor no tenga que plantearse esa responsabilidad al renovar sus productos. Yinper genera una economía circular en la que se sitúa un intermediario en la compraventa entre particulares. Ese intermediario es una red de tiendas que conocen el producto incluso mejor que el comprador, que evalúan su estado real y que por tanto, añaden confianza adicional. Además todo el proceso se realiza sin que comprador y vendedor deban salir de casa y la transacción económica se completa solo cuando el producto satisface al comprador.

«El valor real de los productos que compramos difiere del precio que pagamos»

La razón de ser, por primera vez en la compraventa particular, es asegurar la tranquilidad de los clientes con un proceso seguro y cómodo para ellos, al tiempo que la red de expertos independientes amplían su capacidad de ingresos mediante la verificación de productos transaccionados.

Por el momento, el principal campo de actuación de Yinper.com es la electrónica de consumo, y aun así ya se ha ganado la confianza de una reconocida universidad americana para la distribución de satélites espaciales con fines pedagógicos.

A esto me refiero con «salir de la zona de confort».


Luis Ferrero, cofundador y actual CEO de Yinper.com.