«La tontuna del diesel y la utopía eléctrica» (1 de 2), José Luis García #frentealespejo

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¿La Unión Europea y el Gobierno te aconsejaron comprarte un coche diesel? Te engañaron. ¿Ahora quieren que te compres uno eléctrico? Te van a estafar. Te explico…

El alemán Rudolf Diesel jamás hubiese imaginado que, cien años después de su trágica muerte –posiblemente un suicidio a causa de su bancarrota– su invento estaría tan de actualidad. El motor diesel, o de compresión, ha sido utilizado principalmente para el transporte de mercancías terrestres, tanto en vehículos industriales como en ferrocarril y en carga marítima durante todo el siglo XX, y sigue de plena vigencia hoy en día, excepto para el ferrocarril.

En 1936, Mercedes-Benz presentó el primer turismo de propulsión mediante gasoil o gasóleo, que es como se denomina el carburante. Y no diesel, como ahora lo llaman mal las petroleras, ante el caos mental que tenían algunos usuarios en los años 90. Sin embargo, Mercedes-Benz no popularizó los turismos de gasoil hasta la década de los 70, para su uso en el transporte público y para los viajantes. En la siguiente década este fenómeno se extendió al resto de fabricantes europeos.

La incorporación del turbocompresor fue un hito para que despegasen las ventas de los coches con motor diesel, pero la verdadera revolución llegó a principios de los años 90. Volkswagen reinventó el motor con la famosa ‘fórmula TDI’: motores de cilindrada media, con turbocompresor, con un sistema de inyección directa y nuevo diseño de las cámaras en las culatas, gobernado todo por una moderna y eficaz electrónica.

El resultado fueron coches con un par máximo muy alto –que es realmente lo que hace que un coche corra más o menos, no su potencia máxima–, lo que lo hacía equiparable a motores de gasolina de gran cilindrada pero con un consumo un 60% inferior.

«Los diesel eran lo más ecológico del mundo, y el fututo inmediato»

Hace apenas un par de décadas, para la UE y todos sus lobbies los nuevos motores diesel eran lo más ecológico del mundo, y sin duda el fututo inmediato. Es cierto que estos motores estaban catalizados, tenían bajas emisiones de CO –en aquellos momentos en que se empezaba a hablar del calentamiento global–, y su consumo tan bajo ahorraba mucho petróleo.

Sin embargo, la UE tenía interés en que la industria de la automoción europea fuese la más potente del mundo, destronar así a los estadounidenses y ralentizar a los asiáticos (como así ha ocurrido). Y en el camino se «olvidaron» de que este combustible produce elevados niveles de óxidos de nitrógeno (NOX), que son los causantes de esas «boinas» sobre las ciudades europeas; «boinas» que no existen en ciudades norteamericanas, porque los coches de gasoil son residuales.

Y ahora, cuando se ha conseguido que los coches diesel con norma Euro 6 ya no emitan esas partículas, tras su gran fracaso medioambiental y su imperdonable «olvido» la UE nos vuelve a contar otra mentira. Pero esta vez al cubo. Te la explico el próximo sábado.


José Luis García es un veterano aficionado del mundo del motor, experto en automóviles clásicos, y creador del portal Recambioclásico.com.