Hace unos meses, un cliente contactó con mi agencia. Quería traer a España una marca de ropa que está teniendo mucho éxito en el continente americano. Había analizado el mercado, visto las ventas que estaba generando la marca al otro lado del Atlántico, y vio una buena oportunidad de negocio.
Desde la primera reunión que tuvo con nosotros nos dijo que tenía claro que, para que un negocio triunfase, debía estar en Internet. Es más, nos decía, «si no estás en la red, no existes».
Estudiamos su producto, el tipo de cliente al que iría dirigido, el mercado, la franja de edad que podía interesarle, la temporalidad de las prendas, etcétera. Y desarrollamos la “tienda” perfecta: elegante, sencilla y bien organizada; pensada para que cada cliente adquiriese su producto ideal.
Bien, ya estaba terminada la primera parte del proyecto. Ahora venía la segunda: la promoción. «Bueno, de eso ya me encargo yo», nos explicó. Y se fue muy contento con su “tienda” bajo del brazo.
No fue la última vez que le vimos. Que va. En menos de un mes nos llamó porque tenía un problema. No había vendido nada. Ni un solo artículo. ¿Por qué? Pues porque no basta con estar: hay que “hacer ruido”, hacerse notar.
Cuando pensamos en “hacer ruido”, lo primero que nos viene a la cabeza son las redes sociales. Están llenas de gente publicando sin parar. Allí se habla de todo, todo el tiempo. Así que, nuestro cliente de la tienda de ropa se puso a publicar como si no hubiese un mañana.
Publicaba en Facebook por la mañana, por la tarde y por la noche. Publicaba sin parar. Ahora un vídeo, ahora un texto, luego un enlace, más tarde dos fotos hechas con el móvil… Generó de todo, menos interés.
Debemos empezar por estudiar a nuestro público. Dónde está, qué espera de nosotros, qué le gusta, a qué hora navega, cuánto gasta, qué palabras busca cuando quiere comprar, desde dónde compra… Es importante definir los perfiles de nuestros clientes porque, a partir de ellos, podremos desarrollar estrategias de marketing personalizadas, que les llame la atención justo cuando tengan la intención de comprar.
Luego debemos publicar contenido atractivo, que interese a ese cliente y que le anime a visitarnos y a comprar nuestros productos. Incluso debemos publicar contenidos olvidándonos de que queremos vender. Sólo por el placer de compartir con nuestros clientes contenido que les pueda resultar útil o interesante. Buscamos llamar su atención. Gustarle con el “ruido” que estamos haciendo.
El marketing online tiene muchos frentes, y hay que conocerlos todos para elaborar una estrategia ganadora. SEO, SEM, remarketing, shopping, marketing social, geomarketing… Todos ellos son términos que implican diferentes enfoques a la hora de vender. Y no basta con poner en marcha una única estrategia para tener éxito.
Por eso, si quieres tener éxito en el mundo online, tienes que “hacer ruido”, pero con cabeza. Y, mejor aún si cuentas con la ayuda de profesionales.
Carlos Anaya es director general de Creative Zinkin.