Cáritas anuncia que, mientras que el número de ultra ricos casi se ha triplicado en España en la última década, hasta superar el medio millar, 6 millones de conciudadanos (el 13% de nuestra población) vive –y no falta quien dice que, en realidad, malvive– en situación de integración social muy débil. La organización católica asegura que sobreviven tan al día que podrían caer en la exclusión si empeorase mínimamente su coyuntura.
Cada año, Cáritas remueve la conciencia de los españoles –al menos de los que aún hacen uso de ella–, con su Memoria, presentada esta vez bajo el lema Compartiendo compromiso. Se trata del relato detallado de la actividad diaria de las 70 delegaciones que se reparten por todo el país: 84.000 voluntarios y más de 5.000 trabajadores remunerados que atienden las muchas necesidades de más de millones de personas vulnerables y en situación de exclusión social.
Y el de este año pinta un panorama preocupante: mientras los políticos se tiran los trastos a la cabeza por un «quítame allá esos posgrados», España parece inmersa en una recuperación económica a dos velocidades: la de los excluidos y la de los integrados. Y mientras,6 millones de personas se encuentran al borde del precipicio de la exclusión. Son el denominado precariado social.
Cáritas, transparente
A diferencia de tanto organismo cuyas cuentas permanecen opacas para la opinión pública, las páginas de la memoria anual de Cáritas muestran adónde han ido a parar exactamente los 353 millones de euros invertidos en todo tipo de acciones sociales.
Cáritas alerta de que la desigualdad se enquista en España. Y esto desliga a las capas sociales y provoca un mayor distanciamiento entre los que viven de una integración total y de quienes transitan por la exclusión más severa, asegura la Memoria 2017 de la organización.
«Mientras que los indicadores medios de renta y empleo muestran una clara tendencia de mejora desde la finalización de la crisis económica, los avances han sido mucho más limitados en las situaciones de vulnerabilidad social y pobreza», explica el documento.
El avance de la encuesta, realizada anualmente a 11.500 familias, indica que la población excluida ha visto empeorar en los últimos años su capacidad de consumo, la situación de su vivienda, la participación política, la salud y en aislamiento social. Sus expertos alertan de una evolución preocupante del datos como el porcentaje de hogares sin ingresos del trabajo, que no solo ha visto frenada su tendencia a la baja sino que a finales de 2017 incluso repuntó.
Retos de la sociedad española
Pero es que además, y como vienen advirtiendo otras organizaciones sociales, el empleo tampoco asegura ya la integración social en España. «La precariedad del mismo, en términos sobre todo de temporalidad y bajos salarios, nos está conduciendo a un escenario en el que disponer de un empleo ya no es sinónimo de integración. La mitad de las familias en las que hay un empleo no disfrutan de una situación de integridad plena».
Según argumenta Cáritas, los retos actuales de la sociedad española, a corto y medio plazo, pasan por:
- Cerrar la brecha de género, que se ha ampliado un 25% en la exclusión desde 2013.
- Integrar social y económicamente a los más jóvenes.
- Insertar laboralmente a los adultos mayores; proteger a las familias más débiles, las numerosas y las monoparentales.
- Acoger con mayor generosidad de miras a la población extranjera, afectada el 47% por la exclusión social y el 26% por la exclusión severa.
La organización considera que una coyuntura económica de supuesta bonanza constituye una oportunidad para generar apoyos a quienes se encuentran peor y pide para ellos prioridad en el marco de las políticas sociales del momento.
Puedes ver el Plan Estratégico de Cáritas para estos dos próximos años pinchando aquí.