Aceites Heraldo muestra el contraste entre dos buenos aceites de oliva

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El contraste entre dos aceites de oliva virgen extra, de muy distinta procedencia, enseña a apreciar esta ‘joya’ de la dieta mediterránea. Y es que, de que el aceite de oliva 100% virgen extra (AOVE) es nuestro tesoro gastronómico ya no cabe duda.

Por eso, la última iniciativa de dos hermanos de una familia productora desde el siglo XIX, Ángel y Javier Rodríguez-Avial, pretende dar a conocer, a través del contraste entre dos variedades tan distintas como el picual temprano, producido a los pies de la Sierra de Cazorla (Jaén), y el de la comarca castellonense del Alto Palancia, las innumerables ventajas para la salud y el paladar que tiene consumir un AOVE que huya de las grandes producciones sin que ello suponga un gran incremento de precio.

«Aunque pueda parecer obvio, el aceite es el zumo de una fruta, que es la aceituna. Y como tal, será mejor según el estado de madurez de su materia prima y las condiciones físicas y climatológicas en las que ésta haya madurado en el campo». Es lo que explican los hermanos Ángel y Javier Rodríguez-Avial, ingenieros agrónomos entusiasmados con la iniciativa de dar a conocer a los propios españoles las ventajas de nuestro alimento más apreciado en el mundo, y por tanto más exportado, el aceite de oliva 100% virgen extra (AOVE), para saber distinguir entre las diferentes clases existentes y consumir el más adecuado para cada ocasión.

«Por eso hemos puesto en marcha la campaña ‘Contrastes’, que ofrece una comparación inigualable entre dos AOVE. Por un lado, el denominado Heraldo Noble, que se obtiene con las primeras aceitunas recolectadas en la campaña de octubre, obteniendo un zumo único de marcada personalidad: con un color verde esmeralda, aromas a hierba recién segada y tomatera, y un equilibrio ideal en amargor y picor medios», señalan los hermanos Rodríguez-Avial.

En el contraste está la clave

Esta pequeña maravilla de la naturaleza [el Heraldo Noble] proviene de olivares centenarios de la variedad picual a los pies de la Sierra de Cazorla (Jaén), y es recolectado en el momento óptimo de recogida de aceituna, cuando el fruto está al inicio del “envero” y contiene un índice muy alto de polifenoles y tocoferoles, que hacen de él un antioxidante natural de las células, muy potente a la hora de proteger al cuerpo de enfermedades, especialmente de los diversos tipos de cáncer.

«Y al ser un zumo 100% natural, tiene todo el sabor, o sabores, que nuestras pupilas gustativas y olfativas reconocen como agradables; por tanto, a sus ventajas para la salud une la de su delicioso sabor», relatan estos emprendedores que buscan, a través de su marca Aceites Heraldo, y del contraste, establecer una relación estrecha y fluida entre el ciudadano y un gran desconocido, como es el pequeño productor.


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Por su parte, el contraste lo da el AOVE amarillo dorado Aviva Savia, que se obtiene del cultivo esmerado de la aceituna variedad serrana de espadán, en un valle fértil de la comarca del Alto Palancia (Castellón). Las severas características del medio: por lo general suelos poco fértiles, secano con pendientes de complicada mecanización y un clima mediterráneo con un fuerte período de sequía y riesgo alto de heladas, dan como resultado un fruto de excelente calidad y un aceite de alto valor gastronómico.

«Protegido por su Denominación de Origen; no en vano, la aceituna es recogida en el momento óptimo de maduración mediante ordeño manual y con rasquetas, y se moltura el mismo día de su recolección», argumentan los expertos.

La importancia de los apellidos

Con su campaña ‘Contrastes’, estos dos emprendedores quieren insistir «en las innumerables ventajas para la salud y el paladar que tiene consumir aceite de oliva, siempre que se recuerde la importancia de los “apellidos” virgen extra». De hecho, para que se trata realmente de AOVE, los responsables de Aceites Heraldo recuerdan que es preciso:

  • Que sea de la campaña actual, pues aunque el aceite no caduca, como zumo que es va perdiendo propiedades con el paso del tiempo.
  • Que un análisis físico-químico certifique que la botella, diga lo que diga su etiqueta, contiene grado de acidez inferior a 0,8°, peróxidos, etcétera.
  • Que se haya producido y envasado en la misma almazara (esto se ve en el envase, que debe ponerlo); existe mucho aceite que se produce incluso fuera de España, en condiciones poco favorables.

El aceite de oliva virgen extra producido los responsables de esta campaña basada en el contraste se comercializa bajo la denominación Aceites Heraldo. La recolección de su aceituna picual –la tradicional en Jaén– se desarrolla entre octubre y noviembre, el mejor momento del fruto: aún verde, para obtener un aceite de color esmeralda intenso y con un aroma fresco y potente, propiedades organolépticas muy valoradas por el consumidor, en un zumo único y de máxima calidad.

Estas aceitunas son seleccionadas sólo del vuelo del árbol (esto es, sin que las olivas toquen el suelo, pues al ser un fruto delicado se degrada al contacto con el mismo) y se molturan el mismo día en que se cosechan para lograr un producto exquisito.