¿De dónde viene el nombre de Vettonia?

vettonia

Hoy toca una entrada “inspiracional”. Cuando un emprendedor busca nombre para su proyecto, normalmente no lo tiene fácil. El que le gusta está ya cogido, y no vale repetir, no es como los nombres de nuestros hijos. “Le ponemos el nombre de la abuela; que se llame como tú…”. Para tu empresa quieres algo sonoro, que recuerde la gente, que te describa en una palabra. Y a Félix García Barroso le pareció que Vettonia Seguridad le venía al pelo.

Buscando un nombre que identifique a una pequeña empresa que va a ejercer su actividad en un ámbito limitado y que destaque, los localismos son muy socorridos. Pero con esta idea hay que ir al registro mercantil y declarar el objeto social, y a poco que haya algo muy parecido, ni siquiera igual, te lo pueden revocar para evitar futuras confusiones en el mercado. Por fortuna no fue el caso.

Félix García Barroso recuerda que el pueblo vettón «se caracteriza por ser el primer pueblo peninsular organizado que se ocupó de la construcción de fortificaciones alrededor de sus viviendas, siendo reconocidos como los primeros habitantes de nuestras tierras que se preocuparon de la protección de sus poblados, elevando paredes de piedra de granito como elementos defensivos entorno a sus moradas».

Y ahora un poco de clase de historia y wikipedia. Los vettones fueron uno de los primeros pueblos conocidos de la Edad del Hierro que habitaban en la zona centro de la península Ibérica. Vestigios suyos han llegado hasta nosotros en forma de “verracos”, como los toros de Guisando. Los verracos son reproducciones de animales (toros, jabalíes, cerdos) esculpidas normalmente en piedra de granito, que se colocaban en las zonas de pastos comunes con objeto, al parecer, de servir como elementos de protección para el ganado, ya que les atribuían poderes mágicos. No está claro si se profesaba culto a estas esculturas de piedra bajo una función religiosa señalando un lugar mágico, o tenían un carácter más civil como separación de lindes o comarcas.

Su territorio estaba asentado entre los ríos Duero y Tajo, principalmente en el territorio de las actuales provincias españolas de Ávila y Salamanca, y en parte de las de Cáceres, Toledo y Zamora, incluidas algunas partes limítrofes portuguesas. De origen celta, están emparentados con los pueblos vacceos al norte, al noreste con los arevacos al este con los carpetanos, al sur con los oretanos y túrdulos, al oeste con los lusitanos y con los astures al noroeste. Desde estas laderas y páramos, entraron en contacto con otros pueblos de la península a través de una ruta prehistórica que luego dará origen a la Vía de la Plata, así como expedicionarios fenicios, griegos y romanos.

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Su cultura se caracterizó por su carácter guerrero y ganadero, y las distintas comunidades se organizaban por una especie de “estratocracia” que controlaba los recursos colectivos, en particular el ganado. Construyeron asentamientos defensivos en zonas elevadas, algunos de cuyos ejemplos se pueden comprobar aún en diversos castros (oppida en latín) de Ulaca, El Raso, Sanchorreja, Las Cogotas o el de Mesa de Miranda. A lo largo del siglo V aC empezaron a construir murallas, torres y fosos, lo que denota un incremento de la riqueza y los recursos de la comunidad, necesarios para hacer frente al coste económico y humano (horas de trabajo invertidas en la construcción en detrimento de tareas productivas primarias) de la edificación de dichas defensas.

Y es que en torno al 500-400 aC se produjo un cambio profundo en el interior de la península: la puesta en práctica de nuevas tecnologías agrícolas (proceso de deforestación, conversión de zonas de bosque en pastos y campos para el cultivo) provocó que los asentamientos fuesen más grandes y de ocupación más prolongada (sedentarización), además de un crecimiento demográfico y una mayor jerarquización social. Se produce un desarrollo generalizado de la metalurgia del hierro (objetos de bronce) y la adopción del torno industrial de alfarero, para producir la cerámica anaranjada y pintada tan característica (estilo «a peine»). Todo ello influyó en un cambio en la actitud hacia los muertos —se incineran y guardan en urnas— que depositan en cementerios diferenciados. Anteriormente, a los muertos se les inhumaba, es decir, se les enterraba sin incinerar.

El concepto Vetonia como ente etno-político es probablemente un producto posterior fruto de la nueva organización territorial de la Hispania romana que realizó Augusto en los últimos estertores del siglo I aC. El historiador griego Estrabón los estereotipó negativamente —influido sin duda por el punto de vista de la metrópolis— como bárbaros en su obra Geografía (III, 14, 16): «Y que los vetones, cuando entraron por vez primera en un campamento romano, al ver a algunos de los oficiales yendo y viniendo por las calles paseándose, creyeron que era locura y los condujeron a las tiendas como si tuvieran que o permanecer tranquilamente sentados o combatir».

Después han pasados 2.000 años, y Talavera de la Reina se ha constituido como la segunda población de Castilla-La Mancha solo superada por Albacete, y aunque el rastro vetón ha quedado muy diluido tras otras tantas oleadas migratorias, su evocación renace cada vez que se contempla a lo lejos las cumbres de Gredos. «La elección del nombre de nuestra compañía es un reflejo de la forma de pensar del equipo directivo, cuyo principal objetivo es prestar un servicio de calidad, transmitiendo la seguridad de sentirse legalmente protegido», concluye Félix García Barroso. 


Más datos en su web. Contacta con ellos en el 902 090 218 o en info@vettoniaseguridad.com para solicitar más información.