La desvinculación laboral, mal gestionada en España

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Dado que el parón estival es, al menos según ElEconomista, el mejor momento del año para detenerse a reflexionar y buscar empleo, desde la consultoría de transformación profesional Lukkap Outplacement recomiendan a las empresas tener en cuenta las aspiraciones de los empleados, y facilitarles una desvinculación laboral a la altura de una economía occidental.

El entorno cambiante al que nos enfrentamos ha hecho que, aunque no todo lo rápido que debería, la mentalidad de las empresas esté empezando a cambiar. De hecho, de un tiempo a esta parte, parece que la llamada ‘experiencia del empleado’ comienza a calar; al menos, como una idea a tener en cuenta. Y dentro de ella, la desvinculación laboral es un factor a tener en cuenta.

Las reglas del juego están cambiando, y para retener talento –o por el motivo egoísta que mueva a cada una– las empresas parece que empiezan a cuidar la relación con sus empleados. Y esa relación empieza mucho antes de que se incorporen a la empresa y termina incluso después de su salida.

Desvinculación laboral

Y es, precisamente la salida del trabajador, un punto en el que las empresas españolas pueden y deben cambiar. Si atendemos a los datos del Índice de Medición de la Experiencia de Empleado en España, la desvinculación laboral es uno de los momentos de mayor dolor dentro de las organizaciones; de hecho, es el tercer peor momento que viven los empleados durante su relación con la empresa.

Si a esto le sumamos que la gestión del cambio –muy vinculada con los cambios en el equipo o la plantilla– es el momento que peor se gestiona, el cuidado debe extremarse aún más.

Una desvinculación laboral tiene impacto directo en muchos ámbitos de la organización: en su credibilidad, en sus valores, en su cultura… en definitiva, tiene impacto en los pilares fundamentales de la compañía. Y es que, aunque los motivos de una salida puedan ser numerosos, saber gestionarlas, independientemente de estos, es un signo de responsabilidad.

Del mismo modo que cuando queremos incorporar a una persona nueva en el equipo o atraer talento para nuestra empresa demostramos lo buenos que somos y todo lo que podemos ofrecer, deberíamos ser lo suficientemente responsables como para mantener esas promesas hasta el final. Por los que se van y por los que se quedan.

Cambios en el entorno

Cualquier cambio en nuestro entorno profesional nos afecta, de una manera u otra. De hecho, según el IMEX de Experiencia de Empleado, vivir una salida no voluntaria en tu entorno tiene un impacto directo sobre el eNPS (Employee Net Promoter Score o grado de empleados promotores en la empresa). El Net Promoter Score (NPS) es una herramienta que empezó a utilizarse para medir la fidelidad de los clientes y la probabilidad de que volvieran a repetir su compra. Posteriormente ha evolucionado al Employee Net Promoter Score (eNPS) para medir la probabilidad de que un empleado recomiende nuestra organización como lugar de trabajo. Con ello se consigue medir la satisfacción y compromiso de los empleados.

Pues bien, si el eNPS en España es de -3,5, este pasa a ser de -29 en estas situaciones. Es decir, si de por sí el eNPS se encuentra a años luz de mejora, si las empresas no saben gestionar la desvinculación laboral desciende más de 25 puntos.

Pero, ¿cómo se gestiona una salida no voluntaria? Es un tema que revista importancia, ya que la manera de hacerlo puede cambiar radicalmente la percepción del empleado. Pero no solo eso, puede cambiar su futuro a partir de ese momento.

Y es aquí cuando entra en juego la responsabilidad mencionada. Que ese empleado que, durante X años, ha estado aportando valor a nuestra organización, pero, por el motivo que sea, ya no es la persona adecuada para seguirlo haciendo, no quiere decir que no pueda seguir aportando valor en otro sitio. En este sentido, un buen acompañamiento profesional va a resultarle crucial.

Contar con un buen programa de outplacement puede tener un impacto directo en las posibilidades de recolocación de esta persona. Y es que, como hemos dicho en numerosas ocasiones, buscar trabajo es un trabajo en sí mismo y, por desgracia, a ninguno nos han enseñado a hacerlo.

Contar con ayuda profesional

Poder contar con la ayuda de profesionales externos no solo te va a ayudar a encontrar un nuevo trabajo, te va a ayudar a redefinir tu vida, tus proyectos, a sobrellevar un momento muy delicado en la vida de cualquiera que, de otro modo, podría quedarse enquistado y no dejarte avanzar.

Pero, además, el impacto va mucho más allá. Ver cómo la organización se preocupa por sus empleados durante toda su relación con la empresa va a tener repercusión interna y externamente. Porque, como ya hemos dicho, la experiencia de los que se quedan se ve completamente influenciada por este tipo de situaciones; saber que vas a contar con un acompañamiento profesional en caso de que tu empresa tenga que llevar a cabo una reestructuración, conseguirá reducir la sensación de angustia e incertidumbre.

Asimismo, la propia empresa verá fortalecida su imagen de marca, ya que se mostrará coherente, responsable y mantendrá esa promesa de marca que hizo al inicio de la relación.

Porque, pensémoslo bien, cuando hablamos salidas, siempre recordamos las de los demás, pero si nos ponemos en la piel del que lo vive, ¿cómo te sentirías tú?; ¿cómo afrontarías, de buenas a primeras, tener que levantarte un día y no tener un trabajo al que acudir?; ¿cómo gestionarías una cena con amigos en la que, inevitablemente, todos terminan hablando de trabajo? No somos conscientes de la repercusión que tiene el trabajo en nuestro día a día, hasta que no lo tenemos. Por eso, contar con un buen programa de outplacement nos puede cambiar la vida.