«Resiliencia y reinvención», Julio Jiménez #frentealespejo

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Me produce cierto rechazo que me comenten que ya va siendo hora de retirarme. De dar por terminada mi actividad profesional. Esas tareas que comenzaron 50 años atrás, y que me han mantenido vivo, en esta dura y competitiva sociedad, pagando incluso con problemas físicos serios. Una tarea que ha servido para crear bienestar y mantener a mi familia con tranquilidad, y que además disfruto.

Por eso me revelo. No llego a entender ese reiterado intento ajeno de inmovilizarle a uno… ¿para que dedique mi tiempo a vigilar las obras del Ayuntamiento?

¿De qué vale entonces el haber acumulado, a lo largo de tantos años de desempeño profesional, un cierto conocimiento tácito que forma parte del modelo mental individual? Que es fruto de la experiencia personal, y que no se sabe muy bien de dónde ha venido, pero que incorpora factores intangibles como los valores, los puntos de vista –a veces un tanto extremos–, las creencias, ese primer “golpe de vista”, la Intuición, el Olfato… y que por tanto es imposible de estructurar, distribuir, almacenar e incluso trasmitir a nadie…

Como ha dejado escrito el gurú japonés del management Hirotaka Takeuchi, «El conocimiento tácito es el más difícil de gestionar –en muchas ocasiones, el propietario ni siquiera sabe que lo posee–, y al mismo tiempo el que más posibilidades tiene de generar ventaja competitiva, ya que es imposible de imitar por los competidores».

«No llego a entender ese reiterado intento ajeno de ‘jubilarle’ a uno…»

Cuando sucede todo eso, no se puede parar. Morirás así, y es imposible detener tu cabeza y tus impulsos. Tienes la permanente sensación de estar metiéndote y mojándote en todos los charcos. El que conoce bien a este tipo de personas sabe que aportan, sobre todo, experiencia gracias lo vivido y mucha confianza; además de unas enormes ganas de afrontar riesgos y aventuras constantes.

En psicología, resiliencia es la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias dramáticas, como una operación grave, la muerte de un ser querido, un accidente, el maltrato abusivo psíquico o físico, la desconfianza de un amigo o familiar, al abandono afectivo reiterado, un fracaso puntual…

Los resilientes son conscientes de su potencial y de sus limitaciones. El conocimiento de uno mismo es un arma muy poderosa para enfrentarse a retos y adversidades. Y estas personas saben usarlas a su favor. Saben cuáles son sus verdaderas habilidades y fortalezas, sus defectos y limitaciones. Son creativas, confían en sus amplias capacidades, asumen los problemas como una oportunidad para aprender, tienen el hábito, a veces molesto, de estar plenamente presentes, porque necesitan estar informados.

Les gusta rodearse de personas que tienen aptitud positiva. Les encanta cultivar sus amistades y sufren cuando se les escapan. Suelen adaptarse a los cambio y son tenaces en sus propósitos. Son felices si, buscando, encuentran el apoyo de los demás y el reconocimiento social. Difícilmente dicen que no a nada, y pueden hundirse momentáneamente si surge la traición.

«El conocimiento de uno mismo es un arma poderosa para enfrentarse a retos y adversidades»

Pero, sobre todo, tienen una enorme capacidad de reinventarse tantas veces como haga falta.

Debería aprovechar este foro para hablar de nuestra empresa, Imagia, Comunicación e Imagen. Pero dejo a la voluntad del lector que escarbe en nuestra página web y analice nuestros valores, nuestra forma de ser, trabajar, pensar y tratar de llevar a cabo cierta resiliencia empresarial.

Julio Jiménez es socio de Imagia, Comunicación e Imagen.