«La trayectoria siempre está clara, donde acabe la bala… ¡eso es otro cantar!», Susana Cañil #frentealespejo

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Empiezo este texto así, porque resume mis últimos años en el terreno profesional. Aterricé en el mundo de la moda por pura casualidad, como casi todo lo importante que me ha sucedido en la vida. Y no pude haber caído en mejores manos.

La diseñadora para la que trabajé durante más de 12 años, fue líder en su terreno durante mucho tiempo. Siempre agradeceré el altísimo nivel de exigencia que imponía a su personal, que en mi caso y al ser su mano derecha –y también la izquierda–, era todavía más elevado, si cabe.

Doce años que me impulsaron a conocer la moda por dentro y por fuera. Su lado deslumbrante, también el nublado. Sus pros y sus contras. Los daños y los beneficios colaterales de formar parte de ella.

«Nos hemos tenido que adaptar a vivir con menos, a diferenciar lo accesorio de lo necesario»

La crisis económica ha tenido muchas repercusiones, tanto en el sector como en mi propia vida. A nivel personal me arrojó de lleno al desempleo. Y aunque al principio fue duro, rápidamente entendí que ese monstruo cambiaría todos los esquemas establecidos hasta el momento y que el nivel de estabilidad, los roles establecidos y la forma de trabajar, iban a dar un giro copernicano. Así ha sido. Nos hemos tenido que adaptar a vivir con menos, a diferenciar lo accesorio de lo necesario y a despojarnos de excedentes. Un auténtico ejercicio de humildad que ha ubicado las verdaderas prioridades en su legítimo lugar. Y como no hay mal que por bien no venga, muchos nos hemos visto en la obligación de reinventarnos.

Susana CañilAproveché esa prórroga que me ofrecía la vida para tratar de cumplir un sueño siempre aplazado: escribir.

A partir de ahí, muchos ya conocéis mi trayectoria. Terminé y publiqué mi novela “Espérame en París”, después de que varias editoriales se interesaron en ella, escribo semanalmente en mi blog El Callejón de los Canallas, he sido colaboradora oficial de varias emisoras de radio (Onda Madrid y Libertad FM Radio), publiqué mi segundo libro el pasado mes de octubre “Cañilismos Canallas” y en poco tiempo, verá la luz el tercero.

Inevitablemente la crisis también ha contribuido a que se operen muchos cambios dentro la industria textil; la moda, por fortuna, se ha democratizado. Todos los grandes diseñadores han optado, inteligentemente, por abrir segundas marcas, que acercan al ciudadano de a pie a un mundo, hasta entonces, accesible para unos pocos privilegiados.

«La moda es un lenguaje, un idioma universal»

La moda es un lenguaje, un idioma universal y revolucionario con el que expresamos estados anímicos y sentimentales, complejos, gustos, cambios, emociones… Y, por encima de todo, una tarjeta de presentación de nuestra identidad.

Hay que aprender a amarla desde otra perspectiva; entender que deberíamos erradicar la parte frívola que se desprende de este negocio y convertirla en nuestra aliada. Y con ese objetivo nacen los talleres que recientemente he puesto en marcha con mi amiga y experta en inteligencia emocional, Indira Ramírez.

“Viste tu cuerpo, desviste tu alma” supone el principio de lo que, con esfuerzo, ilusión y tesón, queremos que llegue a mucha gente. Este mes de julio nos hemos estrenado con este taller, pero en septiembre volveremos con otro y con muchas sorpresas incorporadas. Porque aquí aprendemos todos en un generoso intercambio de conocimiento, anécdotas y vivencias.

Si echo la vista atrás, apenas seis años, jamás hubiera imaginado un cambio tan radical a nivel profesional. Por eso iniciaba este texto con esa frase. Uno comienza a andar en una dirección y el destino, la suerte o tus propios impulsos, te van iluminando; a veces autopistas, otras, atajos y muchas más senderos desconocidos en los que jamás pensaste en internarte.

Todos somos perseguidores de sueños, pero solo los que no se rinden, consiguen tener un romance con algunos de ellos.

No puedo terminar sin agradecer de todo corazón a alguien que el destino quiso poner en mi camino, Juan Carlos Maté, un hombre generoso, honesto e inteligente, que además de creer ciegamente en mí se ha convertido en un auténtico amigo. Gracias.