Tras la pandemia, muchas personas se replantearon el papel que desempeñaban en sus puestos de trabajo. La aceleración de la transformación digital ya había ampliado la demanda de profesionales para puestos relacionados con la tecnología. Aunque en el pasado, la reducción de la oferta de la fuerza laboral venía inducida principalmente por la mayor rotación de personal, las jubilaciones anticipadas y la necesidad de dedicar tiempo a los hijos.
Hoy, la escasez de personal cualificado se debe en buena parte a la gran dimisión resultante de expectativas diferentes: estas incluyen flexibilidad y una actividad donde el empleado pueda realizarse. Las tasas de dimisión han sido particularmente elevadas en los sectores de tecnología y de salud, donde un número récord de personas han abandonado sus puestos de trabajo durante o después de la pandemia.
La situación ha ampliado la brecha laboral y de talento existente, convirtiendo la retención del talento en uno de los mayores retos para las empresas. El rápido avance tecnológico ha reforzado la demanda de empleados flexibles y con habilidades digitales. En este contexto, no sorprende que muchas organizaciones (el 87% según McKinsey) en sectores que apenas existían hace cinco años señalen dificultad para encontrar profesionales en la actualidad, o prevén que esto pueda ocurrirles en los próximos años.
«El rápido avance tecnológico ha reforzado la demanda de empleados flexibles y con habilidades digitales. Con la consiguiente dificultad para encontrar profesionales en la actualidad»
La automatización inteligente (AI) puede suplir las carencias de mano de obra y de talento y algunas empresas ya llevan tiempo invirtiendo en tecnología de automatización. Por contrario, otras tienen reticencias en adoptarla debido a la incertidumbre y la desinformación que existe en torno a la AI. Muchas empresas asumen que la automatización no es más que un medio para reducir la mano de obra, cuando en realidad permite ayudar a mejorar la satisfacción laboral de los trabajadores humanos.
Lo cierto es que la AI reúne diferentes tecnologías de automatización: la automatización de procesos robóticos, la inteligencia artificial y el aprendizaje automático. La AI permite automatizar cadenas de procesos complejos, al tiempo que colabora con los trabajadores humanos. Estos pueden concentrarse más en sus funciones principales, se sienten menos abrumados y el grado de su satisfacción laboral incrementa, lo que su vez, conduce a una mejora de las tasas de retención.
Para resolver el problema de la escasez de empleados, los directivos deben despejar dudas; una encuesta global de Deloitte revela que la resistencia al cambio, la fragmentación de los procesos y la falta de preparación ante las TI son los tres principales obstáculos a la hora implementar la AI. Al tiempo, señala que sólo el 26% de las empresas cuentan con una estrategia de automatización inteligente integral.
«Para 2025, la automatización habrá desplazado hasta 85 millones de puestos de trabajo como consecuencia del reparto de tareas entre humanos y trabajadores digitales»
La creación de un centro de excelencia (CoE) interno, integrado por profesionales cualificados, puede ayudar a despejar dudas a la hora de implementar la automatización inteligente: las personas que formen el CoE tendrán pleno conocimiento de la materia y de los procesos de trabajo internos y asegurarán la colaboración de todos los empleados involucrados, garantizando así una transición fácil.
Cuando llegue 2025, la automatización habrá desplazado hasta 85 millones de puestos de trabajo como consecuencia del reparto de tareas entre humanos y trabajadores digitales. Pero cabe recordar que, por otro lado, está creando unos 97 millones de nuevos puestos de trabajo. El desafío para los trabajadores estriba en que tendrán que desplegar las habilidades específicas en trabajos que, cada vez más, van a exigir aptitudes digitales. Mientras tanto, la automatización inteligente puede ayudar a las empresas a enfrentarse al doble reto de retener a los empleados cualificados y de captar nuevo talento.
David Gómez Martínez es director comercial de SS&C Blue Prism en España y Portugal.