Dos mujeres pacenses, Beatriz Magro y Nuria Morales, han puesto en marcha Komvida. Una marca española afincada en la España vaciada que fabrica kombucha, la bebida de los samuráis. Ambas emprendedoras nos cuentan cómo fue la experiencia de poner en marcha una empresa fuera de las grandes capitales, y como pusieron de moda esta bebida ancestral.
Siempre se ha dicho que viajar por el mundo te abre la mente y te hace conocer otras culturas, costumbres e, incluso, te aporta ideas nuevas. Y si no, que se lo pregunten a Beatriz Magro y a Nuria Morales. Estas dos jóvenes, naturales de Fregenal de la Sierra, un pueblo rural de 5.000 habitantes ubicado en la provincia de Badajoz, han logrado no solo crear su propia marca: Komvida. También exportarla a otros países.
Se basa de la kombucha, una especie de refresco rescatado de una tradición milenaria. Pues ya la utilizaban los samuráis, hace siglos, para obtener energía. Una bebida que, según dicen, bebe hasta la reina Leticia. Y que se ha puesto de moda entre los jóvenes españoles.
¿En qué consiste exactamente Komvida? ¿Qué producto comercializa?
Tras iniciar un viaje para dar la vuelta al mundo, que comenzó por California, Beatriz Magro se encontró con la kombucha, una bebida ancestral y saludable que parecía estar extendida en la costa oeste de Estados Unidos. Junto con su mejor amiga, Nuria Morales, decidió emprender y lanzar Komvida, una marca made in Spain que, a día de hoy, ya cuenta con un centenar de empleados y se puede encontrar en más de 10.000 puntos de venta.
«Se trata de una alternativa saludable a los refrescos azucarados y carbonatados del mercado. Nuestro propósito es contribuir al bienestar de las personas, con un producto de calidad, pero también generando empleo rural e incentivando el liderazgo femenino», explica Beatriz Magro.
La kombucha es una bebida milenaria que parece ser se inventó en China 200 años antes de Cristo, y en Japón solían tomar los samuráis. Se consigue gracias a la fermentación natural de té y azúcar, y lleva a cabo una colonia de bacterias y levaduras llamada Scoby. En el proceso de fermentación, el Scoby se come casi todo el azúcar y produce unas burbujas que, en palabras de la emprendedora, “convierten a la kombucha en un refresco delicioso”.
¿Qué tipo de valor añadido aporta al mercado y quiénes son sus impulsores?
Komvida es el nombre de una kombucha 100% ecológica, sin pasteurizar, probiótica y que no utiliza plásticos. «Por ello, es una alternativa saludable a los refrescos azucarados y carbonatados. Gracias a sus probióticos, cuando la consumimos, se introducen en nuestro cuerpo millones de microorganismos que van directamente al intestino. Estos bichitos buenos ayudan a mejorar la digestión y a repoblar la flora intestinal. Además, refuerzan el sistema inmunológico y aportan un plus de energía», explica una de sus creadoras, Beatriz Magro.
Quien destaca que el objetivo de Komvida es «que donde hoy hay un refresco azucarado, en cinco años haya una Komvida». Y que demuestra que para emprender no siempre es necesario tener experiencia. A veces es suficiente con tener una buena idea y tener el gen emprendedor. Nuria Morales estudió Ingeniería Química, una profesión que le llevó a trabajar durante años en empresas del Ibex 35.
Por su parte, Beatriz Magro estudió Traducción e Interpretación y, tras ello, se especializó en Marketing y Comunicación. Esta última, cuando tenía 29 años, decidió dejarlo todo y dar la vuelta al mundo en solitario. «Había ahorrado la cantidad de 12.000 euros, con la cual me embarqué en esta aventura sin más equipaje que una mochila. En la primera parada, en California, descubro la kombucha y le doy una oportunidad. Estaba tan rica y me sentó tan bien que yo no podía creerme que no la hubiese probado nunca antes», explica esta emprendedora.
¿Cómo y cuándo surgió la idea de negocio?
Obsesionada con esta bebida, Beatriz Magro llamó enseguida a su mejor amiga para hablarle sobre la kombucha. «Juntas decidimos emprender trayéndonos la kombucha a España. Nuria comenzó a estudiar la fórmula y a elaborar litros y litros de kombucha de prueba en el desván de mi casa con la ayuda de mi madre, mientras yo seguía dando la vuelta al mundo y desarrollando la que iba a ser nuestra marca», recuerda Magro.
Actualmente, Beatriz Magro es la CEO de Komvida y Nuria Morales es la encargada de su fabricación, algo que sigue haciéndose desde su lugar de origen: Fregenal de la Sierra. «Siempre supimos que queríamos hacer algo juntas, pero no fue hasta que la kombucha se cruzó en nuestras vidas que no supimos cómo hacerlo. Sabíamos que sería algo bueno poner al servicio de los españoles un producto de calidad que además ayudara al desarrollo de nuestra tierra», argumenta Beatriz Magro.
Con Komvida, añade, sintieron que podían hacerlo, y que podían devolver a su pueblo gran parte de lo que este les había regalado a ellas. «Por eso, nuestra fábrica está en Fregenal y aportamos con ella nuestro granito de arena para incentivar el liderazgo femenino y crear empleo», añadió.
¿Qué empleo ha creado Komvida en la España rural?
Desde que las jóvenes emprendedoras comenzaron la aventura de emprender, tuvieron claro que su pueblo iba a ser el epicentro de todo, independientemente de las trabas que podía suponer desarrollar una idea como esa en un pueblo de 5.000 habitantes del área rural de Extremadura.
«Fregenal de la Sierra es nuestro pueblo de origen y es parte de la España vaciada, por lo que las oportunidades laborales escasean, especialmente para las mujeres. Nosotras siempre hemos pensado que no hay mejor sitio para cumplir tus sueños que el lugar que te vio nacer y supo cuidar de ti. Así que no hubo duda. Komvida estaría en Fregenal, sin importar las trabas logísticas que esto pudiera suponer», indica Beatriz Magro.
A día de hoy son muchos los vecinos de Fregenal que forman parte de la plantilla de Komvida, tal y como explicó la emprendedora, el sueño que en su día fue suyo, «ahora es el de muchas personas».
Actualmente, el equipo de Komvida lo forma ya casi un centenar de personas, de las cuales un 75% son mujeres. «Para nosotras es importante resaltar la labor de estas mujeres rurales a las que nadie les preguntó lo que querían ser y que tuvieron que renunciar, en muchos casos, a un futuro laboral por falta de oportunidades. Estamos orgullosas de haber contribuido a que estas mujeres, a día de hoy, hayan encontrado en Komvida un sitio para desarrollarse laboralmente y no tener que renunciar a quedarse en su pueblo», asegura esta emprendedora.
¿Has dado ya el salto internacional? ¿En qué países europeos opera?
A nivel nacional, Komvida se encuentra actualmente en más de 10.000 puntos de venta y se hacen envíos a toda la península a través de su página web. Tampoco dejan de lado las islas, en las que tienen presencia a través de distribuidores.
Tras años de trabajo, la marca española ya ha cruzado las fronteras y ha dado el salto internacional, llegando a Hungría, República Checa y Polonia. Según explican las emprendedoras, los próximos pasos se darán en Francia y Portugal.
No obstante, para alcanzar estos hitos, el camino no ha sido fácil. «Ha sido un reto, no podemos negarlo. No solo porque emprender ya de por sí es un reto en sí mismo, sino porque además nosotras nos enfrentamos a una categoría prácticamente inexistente en España. Hemos tenido que partir del punto más básico: educar sobre qué es la kombucha, y no solo contar lo que era nuestra marca».
No obstante, según explican, «ha sido muy gratificante traer a España un producto saludable que contribuye al bienestar de las personas. No solo se trata de una alternativa saludable a los refrescos azucarados y carbonatados del mercado, también está elaborada por mujeres en el sur de Extremadura. Algo que es también una oportunidad de desarrollo para el área rural de Extremadura».
¿Alguna anécdota durante la puesta en marcha del negocio?
«Cuando decidimos lanzarnos con la kombucha, muchas personas de nuestro entorno se llevaron las manos a la cabeza y nos tacharon de locas. Nos decían “¿Cómo vais a emprender con un producto tan difícil?”. Sin duda era difícil lanzarse con un producto de gran consumo como este, pero lo teníamos claro y quisimos al menos intentarlo. Todo ha sido una aventura: dar con la fórmula, crecer al ritmo que lo hemos hecho, tener una fábrica propia… Pero siempre hemos sabido superarlo rodeándonos también de un equipo con mucho tanlento, que nos ha ayudado a sacar este proyecto adelante».
La burocracia fue una de las grandes dificultades a las que tuvieron que enfrentarse las emprendedoras pacenses, ya que «ralentizó ciertos procesos y los hizo más complicados». No obstante, aseguraron, son conscientes de que es un proceso necesario.
«Otra dificultad con las que nos encontramos, por supuesto, fueron las inseguridades. El típico síndrome de la impostora. Nosotras, dos chicas jóvenes, de pueblo… Es difícil hacer oídos sordos muchas veces a las opiniones de tu alrededor. Sin embargo, nosotras siempre hemos intentado seguir persiguiendo nuestros objetivos y luchar a pesar de ello. Con nuestro propósito claro, siempre hemos apuntado muy alto».
Quienes deseen ponerse en contacto con Komvida pueden hacerlo a través del correo electrónico o llamando/poniendo un whatsapp.