«Diez puntos clave para operar tras la pandemia», Isabel Pomar #frentealespejo

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Lo único que parece estar claro es que el mundo ha cambiado. La disrupción que ha supuesto la pandemia ha obligado a las pymes a repensar, no solo sus modelos de negocio actuales. Les ha obligado también ha buscar nuevas fórmulas que les permitan identificar y aprovechar las oportunidades de recuperación y crecimiento a medio-largo plazo.

En Datisa hemos identificado 10 puntos clave que serán estratégicos para que las pymes operen después del cambio que ha supuesto la Covid-19. Una manera de operar que deberá ser muy diferente a cómo se ha entendido hasta la fecha.

Lo primero es una toma de decisiones rápida. Las pymes están envueltas aún en la gestión de la crisis para tratar de superar las pérdidas y navegar por los cambios que han tenido que implementar, casi sobre la marcha. Sin embargo, esto será ya una constante. Por lo tanto, tener la habilidad para tomar decisiones rápidamente y ejecutar las acciones también a gran velocidad, será determinante.

En algunos sectores hablamos de aprovechar las oportunidades que plantea el incremento de la demanda. Pero, para otros, el desafío pasará por superar las pérdidas y afrontar la incertidumbre de un futuro impredecible.

Está también la implementación del trabajo en remoto, que ha obligado a adaptar procesos. Las personas también han tenido que interiorizar cambios, lo que ha obligado a adaptar la tecnología a dichos cambios. Esta flexibilidad deberá combinarse con un mayor control y refuerzo de los sistemas informáticos. Amén de la seguridad y protección de datos.

Vamos hacia un aprovechamiento selectivo de la tecnología. Las crisis obligan a ser extremadamente selectivos con la tecnología. Y ahora las pymes deberán invertir su dinero de manera inteligente, identificando sus puntos críticos y seleccionando la adecuada.

Hablamos también de mantener el control. Para las pymes será importante no perderse en la transformación de sus negocios. Será un control económico para que no se disparen los costes. Pero también implicará un mayor y mejor dominio d el aprendizaje, la gestión y el desarrollo del talento. Habrá que aprender a trabajar en un entorno diferente, por lo que la formación y el aprendizaje será fundamental para la recuperación.

Además de una gestión eficiente de los procesos empresariales. Para muchas pymes, la pandemia ha implicado cambios disruptivos en su modelo de negocio. Desde el trabajo en remoto y la caída o incremento de la demanda, hasta los cambios en las necesidades de los clientes, la tecnología deberá ayudar a mejorar todos los procesos de negocio.

Lo siguiente es una mayor flexibilidad. La Covid-19 ha hecho que las organizaciones se hayan tenido que adaptar, de verdad, a su nueva situación. Y esta capacidad de adaptación y flexibilidad reales serán críticas para la recuperación durante los próximos meses.

«La capacidad de adaptación y flexibilidad recién aprendidas serán críticas para la recuperación»

Clave va a ser también la minimización de los riesgos. Su gestión es esencial para decidir hacia donde dirigirse a medio y largo plazo. También para determinar sus movimientos futuros; en particular, en lo referente a la transformación digital y los cambios que afectan a la gente, a los procesos y a la tecnología.

Sin olvidar las estrategias de transformación efectivas. De momento, muchas pymes siguen centradas en la gestión de la crisis, en superar las caídas de sus ventas o en cómo gestionar la vuelta a la oficina. Podemos decir que muchas están todavía en “modo supervivencia”, que les aleja de la foto general que deberían tener sobre su negocio. Por eso es importante tener una estrategia global que dibuje una hoja de ruta para desenvolverse a largo plazo.

Algunas serán más oportunistas en su estrategia de transformación, mientras que otras seguirán siendo más reactivas, y cambiarán solo cuando no tengan más remedio. En todo caso, lo imprescindible es la definición de unos objetivos claros. A partir de ahí, todo lo demás.

«Imprescindible es la definición de unos objetivos claros. A partir de ahí, lo demás»

En cuanto a la gestión del capital humano, se trabajará en dos niveles. A corto plazo, habrá que estar atentos a las necesidades de los empleados, tanto en el plano personal como en el profesional. Y poner a su disposición todas las herramientas de apoyo necesarias. A largo plazo, habrá que analizar aspectos como los tiempos de respuesta, la calidad del trabajo, la productividad o la continuidad, para tomar decisiones inteligentes.

Y termino con la gestión del cambio. Mucho más importante que nunca para identificar qué se necesita para sobrevivir o reaccionar, cómo navegar en la tormenta o cómo buscar nuevas oportunidades para la recuperación y el crecimiento. La gente, los procesos, el negocio, la tecnología: todo va a cambiar.

Isabel Pomar es CEO de Datisa.