Uno de los aspectos que a menudo se ignoran en el progreso de la humanidad es la confianza. A medida que los seres humanos han incrementado su nivel de confianza hacia los demás miembros de su especie, también han logrado avances significativos en desarrollo humano y económico.
Inicialmente, existía un individuo que solo podía relacionarse con otros en ocasiones específicas, hasta que aprendió a confiar en aquellos más cercanos, lo que propició el auge de tribus y pequeñas comunidades.
Posteriormente, se produjo una evolución que dio lugar a grandes ciudades, principados y reinos, donde todos colaboraban en busca de metas comunes, confiando en que su esfuerzo colectivo conduciría a un futuro mejor para todos.
Con la formación de los estados, surgieron también las empresas. La confianza se tradujo en contratos, seguros y en la práctica de adelantar pagos, estableciendo modelos de desarrollo en los que todos aspiran a alcanzar un resultado favorable mutuo. Todo suena ideal, excepto cuando la confianza brilla por su ausencia.
Este fenómeno se manifiesta en el ámbito del desarrollo de software. Aunque no afecta a todos, sí impacta a muchas empresas. Se conoce como desarrollofobia crónica, y se caracteriza por la falta de confianza sistemática hacia los proveedores de software. Esta condición genera desconfianza constante y un escrutinio excesivo del proveedor, creando un ambiente profesional tenso y poco colaborativo. Afortunadamente, la inteligencia artificial (IA) y el análisis de datos pueden ofrecer soluciones efectivas para abordar esta problemática.
«La desarrollofobia crónica, que se caracteriza por la falta de confianza sistemática hacia los proveedores de software, genera desconfianza constante y un escrutinio excesivo del proveedor, creando un ambiente profesional tenso y poco colaborativo».
La pregunta sería como reconocer dicha desarrollofobia. En primer lugar, los afectados por ella experimentan una desconfianza constante hacia sus proveedores de desarrollo de software. Cuestionan continuamente sus capacidades, honestidad y compromiso, lo que lleva a una relación laboral llena de tensiones y sospechas. Sólo el peligro a cambiar de proveedor los mantiene unidos.
Por otro lado, llevan a cabo una fiscalización exhaustiva. La necesidad de supervisar cada detalle del trabajo del proveedor es una característica central de estaenfermedad. Esto se traduce en revisiones constantes de informes, reuniones frecuentes de seguimiento y la exigencia de documentación detallada para cada tarea, ralentizando el progreso del proyecto.
La ansiedad ante la incertidumbre es otra característica que les define.Cualquier incertidumbre en plazos, costes o resultados genera una ansiedad considerable en los afectados, llevándolos a ejercer una presión constante sobre el proveedor para obtener actualizaciones y garantías, lo que puede ser contraproducente y desgastante para ambas partes.
Los individuos con desarrollofobia crónica tienden a involucrarse en las decisiones más pequeñas del proyecto, imponiendo su criterio y control sobre los métodos y procedimientos del proveedor. Es lo que se ha dado en llamar micromanagement, que obstaculiza la autonomía y eficiencia del equipo de desarrollo, afectando negativamente el resultado final.
Por último, podemos hablar de la resistencia a la innovación. La desconfianza y el control excesivo llevan a una resistencia a adoptar nuevas tecnologías o métodos propuestos por el proveedor. Los afectados prefieren mantenerse en zonas de confort conocidas, limitando el potencial innovador y la evolución del proyecto.
Una vez que hemos detectado el problema, ¿podemos solucionarlo? Claro que sí: la solución viene de la mano de la IA y los datos, que ofrecen una solución eficaz, brindando herramientas que permiten optimizar procesos, aumentar la precisión en la planificación y fomentar un ambiente de confianza e innovación.
«Uno de los mayores causantes radica en la cotización de los proyectos. Propuestas que no detallan adecuadamente los elementos incluidos, o presenta un desglose tan técnico que dificulta la verificación de los costes».
Uno de los mayores causantes radica en la cotización de los proyectos. A menudo, se recibe una propuesta que no detalla adecuadamente los elementos incluidos, o presenta un desglose tan técnico que dificulta la verificación de los costes.
Para abordar esta situación, podemos implementar un modelo de lenguaje de IA generativa, diseñado específicamente para estimar siguiendo las funcionalidades requeridas en un proyecto (como el modelo desarrollado por Quanter). Esta herramienta, al ser imparcial y adherirse a una metodología estándar de la industria, garantiza la fiabilidad en los resultados obtenidos.
Una vez validado el valor del producto, queda por establecer la confianza en que el proveedor está ofreciendo lo mejor. En este sentido, los datos del mercado se convierten en aliados valiosos. Al consultar bases de datos que contengan valores de proyectos de referencia, podremos comparar el coste y el esfuerzo requeridos para nuestro proyecto con los estándares del mercado, lo que nos permitirá determinar si la propuesta del proveedor es razonable.
Dácil Castelo es CEO de LedaMC.