Vivir la selección de personas desde las dos perspectivas, como cliente y como consultora, hizo bueno para mí un refrán que siempre decía una tía abuela mía: «Si ves que es imposible, puedes usar los ojos de los demás». Hace un par de años, cuando puse en marcha Touch in Touch, me acordé mucho de ella. Pensé en cómo alucinaría con los enormes cambios que hemos vivido en la sociedad, la tecnología, las herramientas, las formas de trabajar… y hasta en la forma de ligar.
Cambio. Avance. Evolución por todas partes. Aunque me di cuenta de que había una cosa que probablemente sí que reconocería: la selección.
Porque la selección se había quedado anclada en prácticas del siglo pasado. Ya no estaba siendo capaz de acompasar ni su ritmo, ni su calidad, con lo que exigen las organizaciones hoy en día. Y mucho menos con las demandas de esos candidatos hiperdeseados por todos que, cada vez más, tienen el poder de decisión y la sartén por el mango al saberse tan codiciados.
Porque se han invertido las tornas. Y la selección de tiempos de mi tía abuela ya no responde. Por eso, publicar un anuncio y esperar a ver qué entra ya no funciona. Porque es sinónimo de quedarse con lo menos malo de lo que llega, no con lo mejor que existe. Sobre todo, no con eso tan específico que es la respuesta a lo que tu negocio está buscando y que, en muy pocas ocasiones, va a responder a tu reclamo.
«La selección se había quedado anclada en prácticas del siglo pasado. Y no estaba siendo capaz de acompasar ni su ritmo, ni su calidad, con lo que exigen las organizaciones hoy en día».
Hoy en día, si queremos tener éxito en los procesos de selección y queremos que nuestra empresa sea atractiva para los potenciales candidatos, la fórmula debe ser otra. La clave ahora está el scouting. Hay que salir a buscar y hay que entender en profundidad cómo nos percibe ese mercado en el que se ubican los profesionales a los que necesitamos atraer. Es preciso barrer el mercado y combinar estrategias, proactivas y reactivas, en búsqueda del candidato idóneo. Menos cómodo que publicar un anuncio o buscar en base de datos a ver qué hay, pero mucho más efectivo.
Después de 20 años en el mundo de la selección veo claro que tener a los mejores candidatos para cada vacante, tener a negocio satisfecho porque tiene lo que demanda, poseer mucho más conocimiento del mercado y de cómo estamos posicionados en él, requiere consultores hiperespecializados y expertos en técnicas de rastreo de mercado, y un nivel de interlocución adecuado para abordar y atraer a los candidatos target. Y, además, requiere mucha agilidad para no ir por detrás de nuestros competidores.
Por eso la selección de siempre, en la que un junior aprende mientras practica el proceso y tiene la imagen de tu organización en sus manos, y en la que un externo valora quién encaja con un jefe al que ni siquiera conoce, ya es historia.
«La clave está en el scouting: un reclutamiento y una búsqueda intensivos en el mercado, con dedicación exclusiva a cada proceso y una profunda comprensión del nicho diana en el que nos adentramos».
La clave, como decía, está en el scouting: un reclutamiento y una búsqueda intensivos en el mercado, con dedicación exclusiva a cada proceso y una profunda comprensión del nicho diana en el que nos adentramos. Y está, también, en recibir información de valor de mercado que permita la adecuada toma de decisiones en términos de salarios, posicionamiento, branding o atractivo como empleador.
Porque una nueva vacante no puede ser un nudo en el estómago. Ni puede ser sentirte mal cuando te pregunten por el pasillo cómo va su proceso.
A través del scouting, un nuevo proceso es sentir que los de selección también aportan alto valor a la organización, porque supone conocer el mercado casi mejor que tu cliente interno. Es ser rentable y que negocio nunca más te pueda decir que no salen los números porque no tiene a ese candidato que necesita.
Elena Enríquez de Salamanca es CEO de Touch in Touch.