Resulta muy llamativa la noticia de Forbes, a tenor de un informe publicado por Nielsen-Netratings para la Newspaper Association of America: Online Newspaper Audience Rising Twice As Fast As General Internet Population: Report. Y es que sí, todos sabemos que los periódicos se leen cada vez más en la pantalla, pero que el crecimiento de la tendencia sea de más del doble que el crecimiento de la población de Internet es un dato realmente impresionante, en el que detenerse a reflexionar.
A la vista de semejante porcentaje de crecimiento, la pregunta empieza realmente a ser: ¿cuánto le queda a la prensa en papel? Una pregunta que separa claramente a una generación de otra: mientras aquella que creció con las noticias impresas todavía aprecia la lectura reposada que éstas permiten, y evoca las mañanas de los fines de semana leyendo el periódico en el sillón, solo por el simple placer de hacerlo con las piernas estiradas, al sol de la mañana, y a ser posible con un café a mano, a la generación que ya es mayor de edad, y no digamos a las siguientes, la idea de un periódico en papel les dice tanto como pensar en la música grabada en un disco de vinilo.
En Estados Unidos, y según dicho informe, una media de 59 millones de personas (37,6% de los usuarios de Internet) visita periódicos online de manera habitual, un crecimiento del 5,3% con respecto al año anterior. En el mismo período, la población global de Internet en el país creció un 2,7%, un porcentaje razonable en un país en el que Internet como medio es ya prácticamente tan maduro como la mismísima televisión. Además, las audiencias de los periódicos online resultan particularmente apetecibles a los anunciantes: casi un 90% habían comprado online en los últimos seis meses (comparado con un 79% de la población general), un 40% trabaja en entornos directivos (33% de la población general), un 12% ganaba por encima de 150.000 dólares (9.3% de la población general), un 28% lee blogs (17% en el conjunto) y un 30% ha buscado o evaluado productos online (15% sobre el total).
Si la audiencia crece, lo hace también la influencia. Y si además a ello acompaña un cambio generacional de jóvenes que ya no sienten la más mínima necesidad de consultar un periódico impreso ni de casualidad (la frase «los periódicos de mañana no puedan traer hoy las noticias de ayer…» es su lema), y encima el segmento que crece es el más interesante para los anunciantes… hablamos ya de tres factores: de crecimiento, demográfico y económico. ¿Cuántos árboles más habrá que talar para que cada vez menos gente lea impresas las noticias?