7 pasos para ganar en eficiencia profesional

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Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, ‘efectivo’ significa «real y verdadero, en oposición a lo quimérico, dudoso o nominal». Pero seguramente no es este el sentido al que se refiere Sthepen Covey, autor del libro “Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva”, todo un best-seller en el campo de la gestión empresarial y el management. Traducido 38 idiomas, supuso en su día –en los primeros años noventa del pasado siglo– la creación del Covey Leadership Center, una consultoría presente en más de una treintena de países.

Él habla de efectividad, como convergencia entre la eficacia, o consecución de resultados, y la eficiencia, o el lograrlos con los menores recursos posibles. Ese balance dinámico entre obtener resultados y mantener la capacidad de hacerlo a largo plazo es lo que Covey llama efectividad.

El libro, del que se llevan vendidos ya 25 millones de copias, habla de esos cambios, muchas veces drásticos, que están teniendo lugar silenciosamente en numerosas organizaciones empresariales de todo el mundo. Cientos de compañías están están tratando de eliminar estratos administrativos y dar más responsabilidad a los empleados de primera línea. «Pero cambiar una cultura corporativa no es posible, o al menos no con éxito, a menos que los empleados y supervisores acepten el cambio ellos mismos. Los directivos deben aprender a confiar en los trabajadores y a “facultarlos” para tomar determinadas decisiones», advierte esta ‘Biblia’ del management.

Los trabajadores, por su parte, deben demostrar que pueden tener iniciativa y que no abusarán del poder ni de las responsabilidades que se les confieran. Todos deben aprender a cooperar en pos de los objetivos trazados, basándose en principios como “ganar-ganar”, “entender a los demás” y “sinergizar”, tres de los hábitos descritos en el libro de Covey. Éstos, son el complemento perfecto para ese esfuerzo que están realizando actualmente las empresas en la búsqueda de la calidad total, proporcionando a la gente un código de conducta, una guía de comportamiento que muestra a los directivos y empleados como interactuar.

Siete hábitos, siete

Su número no está escogido al azar. Según parece, siete es el número de conceptos que el cerebro humano procesa bien; de ocho para arriba, la cosa comienza a fallar. «Se trata de un proceso sistemático, que involucra a todas las personas de la empresa, desde el más alto directivo hasta el último de los trabajadores. Es como en un ecosistema: si alguno de los elementos es discordante, tarde o temprano acaba convirtiéndose en un problema».

Los hábitos están divididos según incidan en la efectividad personal (los tres primeros) o interpersonal. Y se trata de un sistema robusto, que se autoregula: compensa las deficiencias en algún hábito, como ocurre en el cerebro humano: si una neurona falla, otra asume sus funciones.

El primero es “ser proactivo”. El hombre es libre de elegir y debe ser responsable de sus actos. “No es justo culpar a nadie ni a nada”. El segundo, “empezar con el fin en mente”; es decir, la capacidad de crear mentalmente el resultado, de tener una imagen clara de lo que se quiere hacer. Y el tercero, “poner primero lo primero”. Es decir, saber distinguir entre lo importante y lo urgente, y mantener un equilibrio entre lo que se produce en un día y la capacidad de producir en el futuro.

Y entre los que inciden en la efectividad interpersonal, el cuarto es “pensar, ganar-ganar”, que no es otra cosa que trabajar en pos de acuerdos y soluciones donde ambas partes salgan ganando. El quinto hábito es “primero entender y luego ser entendido”. Es mucho más eficaz para las relaciones humanas intentar sinceramente comprender al otro por completo, antes de intentar que él comprenda nuestro punto de vista. El sexto es “sinergizar”: conseguir que el conjunto sea mayor que la suma de las partes. Por último, el séptimo recuerda “afilar la sierra”, o mejorar continuamente, tanto en la dimensión física, como en la mental, la social-emocional y la espiritual.

Al tratarse de hábitos, lo importante es la voluntad personal de comprenderlos y ponerlos en marcha. No obstante, la empresa puede medir su grado de aplicación mediante un perfil de efectividad, realizado antes y después del curso, para comprobar los resultados.

La relación causa-efecto

HábitoDescripciónResultados
ProactividadResponsabilidadLibertad
Empezar con un fin en menteLiderazgo personalSentido a la vida
Establecer primero lo primeroAdministración personalPriorizar lo importante vs. lo urgente
Pensar Ganar-ganarBeneficio mutuo
Equidad
Bien común
Procurar antes comprender y después ser comprendidoComunicación efectivaRespeto
Convivencia
SinergizarInterdependeciaLogros
Innovación
Afilar la sierraMejora continuaBalance
Renovación