Hoy en día, si tu empresa no está apostando por la sostenibilidad, está quedándose atrás. No es una moda, ni algo que puedas aplazar para más adelante. La sostenibilidad es una necesidad, y las empresas que no se sumen a este camino tendrán dificultades para mantenerse en el juego. Hay tres razones muy claras por las que, sí o sí, tienes que ser sostenible.
Primero, hablemos de la legislación. En Europa tenemos las normativas más estrictas en términos de sostenibilidad. Ya no es una opción o algo que puedas hacer cuando te venga bien, es una exigencia. Y no cumplir con las leyes puede salir caro: sanciones, pérdida de clientes, o, peor aún, la posibilidad de que tu negocio se vea en apuros. Es crucial que tu empresa esté al tanto de estas regulaciones y las haga parte de su día a día. Si no lo haces, tarde o temprano te pasará factura.
Pero no se trata solo de cumplir con la ley. Tus clientes también te lo están pidiendo. Cada vez son más las personas que buscan productos y servicios que cuiden del planeta. Y no es que la sostenibilidad sea un discurso de moda a añadir a lo que ofreces; para muchos consumidores es ya un criterio decisivo a la hora de elegir una marca. Si tu empresa no responde a esa demanda, se irán con alguien que sí lo haga. El mercado está cambiando, y no adaptarse significa quedarse atrás.
«La sostenibilidad no es un discurso de moda a añadir a lo que ofreces; para muchos consumidores es ya un criterio decisivo a la hora de elegir una marca».
Y luego está el tema de la responsabilidad. Como líderes empresariales, no solo tenemos la tarea de hacer crecer nuestros negocios. También tenemos una responsabilidad con el mundo en el que vivimos, y con las generaciones que vienen detrás. No se trata solo de mantener a nuestros clientes contentos o de cumplir con la ley, se trata de hacer lo correcto. ¿Qué mundo vamos a dejar a nuestros hijos y nietos?
Este es el momento de actuar. Ser un líder que apuesta por la sostenibilidad no solo es una obligación, es también una cuestión de valores y principios. Nos toca a nosotros tomar decisiones que tengan impacto más allá de los beneficios inmediatos.
Ahora bien, la sostenibilidad no debería quedarse en el nivel operativo o en cumplir con las normativas. Debe ser parte de la identidad de tu marca. Si tu marca transmite un compromiso auténtico con el medioambiente y con el bienestar social, será percibida como una marca fuerte, confiable, y alineada con los valores que hoy día importan tanto a los consumidores. Cuando tus clientes sientan que tu empresa no solo vende productos o servicios, sino que también se preocupa por el futuro de todos, el vínculo con ellos será mucho más profundo. Eso refuerza tu marca y te diferencia de la competencia.
«Si tu marca transmite un compromiso auténtico con el medioambiente y con el bienestar social, será percibida como una marca fuerte y confiable».
En resumen, no apostar por la sostenibilidad ya no es una opción. Las leyes te lo exigen, tus clientes te lo exigen, y como líder responsable, tú también te lo debes exigir. No se trata solo de sobrevivir en este entorno cada vez más competitivo, se trata de prosperar, de hacer las cosas bien, y de dejar un legado positivo.
Así que, si todavía no has dado el paso hacia la sostenibilidad, este es el momento. Hazlo parte de tu estrategia de marca, y verás cómo tu empresa no solo cumple con las expectativas, sino que se convierte en un referente para los demás.
Mi nuevo libro trata de esto, de cómo incorporar la actuación responsable (sin greenwashing) de la empresa en la estrategia de marca, para que, de este modo, la inversión realizada sea sostenible. Espero que te aporte valor.
Emilio Llopis (www.emiliollopis.es), es autor de Marcas buenas, buenas marcas (LID Editorial).