«¡Una franquicia, por favor!», Juan Carlos Martín #frentealespejo

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Llevo más de 20 años dedicado profesionalmente al mundo de la franquicia. Y todo ha cambiado tanto que ya ni reconozco aquel sistema de negocio de los años 90 del siglo pasado.

Cuando la gente que visitaba las ferias monográficas preguntaba hasta «¿y esto de la franquicia, qué es?», «…pero a final de mes, ¿cuánto me va a pagar el dueño de la marca?», «¿que tengo que pagar un canon y un royalty? ¿y por qué?»…

En fin, había tanto desconocimiento que la franquicia era concebida como poco menos que como una secta, donde el franquiciador imponía su voluntad y el franquiciado era su empleado.

Poco a poco las cosas fueron cambiando. Con sobresaltos, eso sí, como el «caso Opening English», que hizo tambalearse los cimientos de la franquicia en general, y del sector de las academias de idiomas en particular.

O como el de alguna que otra pseudofranquicia, con personajillos que camuflaban sus estafas bajo el paraguas de la franquicia: se quedaban con el dinero del canon de entrada de unos cuantos incautos y desaparecían. O la aparición de sectores “de moda”, en los que se creaban negocios como setas, que no eran franquicia, pero lo simulaban; y luego a cerrar, porque solo eran fachada.

En este río revuelto, en algunas ocasiones, los periodistas especializados en franquicia recibíamos llamadas y correos de personas que clamaban que habían sido estafadas; que querían recuperar su dinero, y no sabían qué hacer ni a quién dirigirse…

Pero siempre ocurría a posteriori, cuando ya poco o nada se podía hacer. Sin duda, doy fe de ello, era una situación de impotencia, de querer ayudar y no poder, porque todo se podía haber evitado antes. ¿Cómo?

«He sentido la impotencia de no poder ayudar a presuntos estafados»

En mi mente se abrió la idea de ayudar a estas personas. No solo a quienes querían ser franquiciados, sino también a los empresarios que apostaban por conceder franquicias de sus negocios, pero que caían en manos de consultores sin escrúpulos. Esos que les sacaban un buen dinero por hacerles los manuales operativos, cuando en realidad el concepto no podía desarrollarse a través de franquicias; o les prometían expansiones con cifras de unidades abiertas de dos y tres dígitos, para luego no conseguirles ni un solo candidato. Ese mal hacer ha generado desconfianza; no hacia quien asesora de forma poco adecuada, sino hacia el sistema de franquicias en general.

Así que me decidí a escribir un libro en el que ofreciese las claves para no equivocarse, ni al franquiciar una empresa, ni al ser franquiciado. Incluso fui más lejos, dando las claves también para que un franquiciador gestione con éxito su red, y que los franquiciados se ocupen de sus negocios de manera que sean rentables y exitosos.

«Quería escribir un libro que fuese útil a franquiciadores y franquiciados»

Y así se ha publicado, hace poco más de un mes, Franquicias, negocios de Éxito. Una guía para convertirse en un buen franquiciador y franquiciado, con el que espero ayudar a que no se cometan errores en este apasionante mundo de la franquicia.

Así que, póngame una franquicia, por favor; pero que salga buena, ¿eh?


Juan Carlos Martín Jiménez es periodista y escritor especializado en franquicia.