En el primer trimestre de 2023, las ventas de vehículos eléctricos en España experimentaron una subida interanual del 62,7%, según Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). Sin embargo, el porcentaje de vehículos eléctricos sobre el total de turismos vendidos fue apenas del 4,95% en el primer trimestre de este año; mientras en países como Portugal o Francia esta cifra rondó el 16%.
¿Por qué está España tan por detrás de estos países vecinos? Desde mi perspectiva, hay tres causas principales: en primer lugar, la limitada infraestructura de recarga pública disponible; en segundo, la falta de incentivos inmediatos en la compra del coche eléctrico; y finalmente, la experiencia de usuario, que a día de hoy no supera la del coche a combustión en algunas vertientes; lo que aleja a los conductores de dar el salto a un coche eléctrico.
Si profundizamos en el primer punto, la falta de infraestructura de recarga no es por carencia de operadores, interesados en invertir y operar dichos puntos de carga. Sino por los diferentes obstáculos encontrados en el proceso de instalación. Nosotros llevamos invertidos 13 millones de euros, solo en 2023, aunque tenemos aproximadamente un 30% de las ubicaciones paradas a la espera de permisos, respuestas de distribuidoras o de conexiones a la red.
Asimismo, a pesar del Real Decreto-ley 29/2021, de adopción de medidas urgentes en el ámbito energético para el fomento de la movilidad, cerca de un 40% de puntos públicos instalados o en fase de instalación en España sigue a la espera de la obtención de las licencias o permisos necesarios según datos de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive). En la tramitación de estos permisos suelen intervenir las tres administraciones (local, autonómica y central) y se puede tardar hasta 20 meses en conseguirlos.
«En España, cerca de un 40% de puntos públicos de recarga instalados o en fase de instalación sigue a la espera de la obtención de las licencias o permisos necesarios».
A esto añadimos la falta de visibilidad sobre la potencia disponible y la ubicación del punto de conexión; lo que añade complejidad a los proyectos contratados, aumenta costes y puede retrasar los tiempos de instalación. Puesto que, a veces, son necesarias incluso reiteraciones con las distribuidoras eléctricas hasta conseguir las condiciones técnico-económicas indispensables.
De igual forma, también se puede dar el caso de que la comercializadora pueda tardar hasta un año en dar servicio eléctrico. Y debemos tener en cuenta que para solicitar la conexión tenemos que tener el proyecto acabado, lo que implica tener los cargadores instalados pero desconectados y sin la opción de dar servicio durante meses.
Se están viendo muchas mejoras y esfuerzos por parte del Gobierno en acelerar el proceso de instalación de puntos de recarga, pero aún nos queda mucho camino por recorrer, ya que, con los procesos actuales, será imposible cumplir con el objetivo de entre 80.000 y 100.000 puntos de recarga a finales de año.
«Si España pudiera implementar ayudas similares a la de Portugal [reducción del IVA en el momento de compra, por parte de las empresas], la adopción del vehículo eléctrico sería mucho más veloz».
Relativo a las barreras existentes en la adquisición del coche eléctrico, la principal es la falta de beneficios fiscales efectivos en el momento de compra. En España es posible contar con ayudas, pero el cliente debe adelantar el 100% de la inversión y luego esperar al abono de una subvención de entre 5.000€ y 7.000€. En otros países, como Portugal, la adopción de coche eléctrico vivió una rápida aceleración gracias a la reducción del IVA en el momento de compra, por parte de las empresas. Si España pudiera implementar ayudas similares, la adopción del vehículo eléctrico sería mucho más veloz.
Finalmente, y considerando la experiencia del usuario, recargar un vehículo a día de hoy requiere disponer de al menos cinco aplicaciones móviles. Porque muchos operadores no permiten operabilidad entre plataformas distintas. En Powerdot queremos que recargar un coche eléctrico sea tan fácil como cargar un móvil. Por lo que no disponemos de una aplicación móvil propia y nos enfocamos en la operabilidad entre otras ya existentes.
De igual manera, hemos lanzado recientemente la función de autocharge junto con Miio, una aplicación que permite al usuario conectar su coche y activar la recarga de forma automática en más de 60.000 puntos repartidos entre Portugal, España y Francia.
A pesar de que son necesarios muchos cambios en España, para acelerar la adopción del vehículo eléctrico, estamos caminando en la dirección correcta. Y aquellos desafíos presentes en la actualidad no lo estarán el día de mañana. La electrificación del parque automovilístico es un objetivo real y que deberemos continuar impulsando para alcanzar la meta de sostenibilidad impuesta a nivel Europeo. ¡Confiemos en cruzarla!
Laura Goncalves es general manager de Powerdot España.