Aunque comúnmente se asocia a los laboratorios con la investigación, lo cierto es que el control de calidad, los análisis clínicos, los ensayos de productos o las inspecciones legales son sólo algunas de las actividades que se desarrollan en los mismos. Y están relacionados con casi todos los sectores empresariales: construcción, automoción, telecomunicaciones, energía, transportes, química, sanidad, agricultura…
Y es que únicamente los laboratorios dedicados al ensayo y la calibración supusieron un volumen de negocio de 465 millones de euros en 2015, según el Observatorio Sectorial de DBK. Un sector formado por cerca de 1.500 empresas, certificadas por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC).
De ahí la importancia de servicios como los prestados por Ábaco Quality, que inciden en los conceptos de seguridad, salud laboral y rentabilidad, sin olvidar el respeto al medio ambiente.
En este sentido destaca su programa Security Lab Control, con el que sus expertos se encargan de la cualificación, diagnóstico posterior y mantenimiento correctivo de todo tipo de equipamiento en los laboratorios: vitrinas de gases, cabinas de flujo laminar, cabinas de seguridad biológica, armarios de ácidos y bases, armarios de seguridad, autoclaves y áreas limpias…
Además realizan aquellos trabajos específicos de acometidas o instalaciones de laboratorios, comprometiéndose a solventar y corregir las incidencias y riesgos de seguridad, y no sólo a detectarlos.
No en vano, entre los clientes de Ábaco Quality se encuentran enseñas de la talla del Canal de Isabel II, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Grupo Ferrer Internacional, Roche Farma, Lilly, Repsol o las universidades Europea de Madrid, Politècnica de Catalunya, Rey Juan Carlos y la de Zaragoza.