La diferencia entre PCR, test de antígenos y análisis serológico

PCR

Sumidos en una segunda ola de pandemia, que parece remitir poco a poco, los procedimientos llevados a cabo en los centros de salud ya no son los mismos que se seguían en primavera y verano. Antes, se sometía a PCR a cualquier persona de la que se sospechase que podía estar contagiada de coronavirus. Ahora, solo a quienes tienen síntomas evidentes.

Por lo tanto, quienes muestran un perfecto estado de salud, pero tienen personas de riesgo a su cargo –y que por lo tanto no pueden esperar y necesitan hacerse una prueba ipso facto– se preguntan cuál de las disponibles es más conveniente para saber si constituyen un riesgo para su allegado.

Y sobre todo qué diferencias prácticas existen entre las PCR y las llamadas «pruebas rápidas»: el test de antígenos y el análisis serológico.

PCR y test de antígenos

La PCR es la prueba de referencia que permite un diagnóstico definitivo de la infección. Los resultados se obtienen en un periodo de entre 24 y 72 horas. Si el afectado es positivo recibe una llamada del profesional sanitario que efectúa el correspondiente rastreo.

Por su parte, el test de antígenos, o «test rápido», también se realiza a través de una muestra nasofaríngea. Está indicado para casos en los que hay síntomas de la enfermedad y se debe realizar antes del quinto día de su aparición. La ventaja de este test es su rapidez: los resultados se obtienen en 20 minutos.

Si el resultado es positivo, es seguro que la persona está infectada y, además, presenta un alto riesgo de contagio. Así, sirve para identificar muy bien a personas potencialmente contagiadoras.

Son pruebas fiables

La sensibilidad de estas «pruebas rápidas» es de entre el 96% y el 97%. Aunque las pruebas de coronavirus más fiables siguen siendo las PCR, una de las ventajas de los tests de antígenos es que ayudarían a descongestionar el sistema. Porque evitarán que el paciente con síntomas se autoconfine en casa mientras espera el resultado de la prueba.


PCR

Otra ventaja es el precio: un test rápido le cuesta a Sanidad (o a cada CC. AA.) unos 5 euros, frente al centenar de euros que vale una PCR. 

Los antígenos tienen desventajas también. Por ejemplo, en personas asintomáticas no está demostrada su fiabilidad. Si la sospecha clínica es alta y el antígeno, negativo, habrá que hacer PCR. Los tests de antígenos no nos ahorrarán ciertas PCR, pero sí nos ahorrarán aquellas en las que el antígeno sea positivo.

Análisis serológicos

El test serológico consiste en una extracción de sangre. Se realiza bajo criterio médico y no se utiliza como método único de diagnóstico, sino para detectar anticuerpos de una infección pasada o de una posible infección activa.

En este último caso, este posible positivo lo debe confirmar otra prueba diagnóstica. Los resultados se obtienen en un periodo de entre 24 y 72 horas y si son positivos se recibe la llamada de un profesional sanitario.

Estas pruebas, normalmente complementarias de las PCR, también se utilizan para evaluar el estado inmunitario de la población.