El descenso en la incidencia de casos en esta última ola de la pandemia de la covid ha animado a las autoridades gubernamentales a reducir las restricciones en el uso de mascarillas. Por los resultados de un estudio publicado en Emerging Infectious Disease se desprenden los riesgos por la liberación de las mascarillas. En el blog de Cualtis te explican las posibles consecuencias.
Y es que también se está flexibilizando el criterio de cuarenta; otra postura que junto a la liberación de las mascarillas preocupa a muchos profesionales de la salud. Por estos motivos:
Riesgo de ataque secundario
Con la liberación total de las mascarillas se corre el riesgo de que la persona portadora del virus provoque el contagio de los contactos, lo que se conoce como ataque secundario. En una situación de este tipo las tasas de ataque secundario se reducen a la mitad si ambos, el caso y el contacto, usan mascarillas.
No estamos en condiciones de abandonar el uso de las mascarillas porque seguimos teniendo un número importante de infecciones y fallecidos por la covid. Sería muy prematuro abandonar este medio de protección que tantas vidas ha salvado.
Protección de las personas de más riesgo
Sería más razonable establecer unos criterios para proteger a las personas de más riesgo. Hay que comenzar a flexibilizar el abandono de la mascarilla de acuerdo con la evolución epidemiológica y comportamiento del virus.
Prescindir del uso de mascarillas en el exterior por aquellas personas completamente vacunadas o que han pasado la enfermedad y sin comorbilidades, podría ser razonable. Sin embargo, las personas con riesgo de padecer COVID-19 grave por las comorbilidades deberían mantener la protección con mascarillas, incluso en el exterior.
Interiores y sitios con aglomeraciones
Las mascarillas deberían mantenerse en los interiores y sitios con aglomeraciones como discotecas, transporte público, eventos deportivos, salas de conciertos, etcétera.
En cafeterías y restaurantes mantener las medidas de distanciamiento social, ventilación de locales y uso de mascarillas por los empleados. Los usuarios, particularmente los más vulnerables, deberían mantener la mascarilla hasta el momento del consumo.
Los positivos con enfermedad leve
También hay tendencia a flexibilizar la cuarentena a los positivos con enfermedad leve. Se les autoriza a reanudar sus actividades laborales o escolares de forma precoz con el riesgo de convertirlos en fuente de ataque secundario.
Es una situación en la que el portador del virus y sus contactos deberían ser más estrictos en el uso de la mascarilla, mejor aún la doble mascarilla, el distanciamiento social y demás medidas de protección. Esto es particularmente importante cuando entre los contactos hay personas vulnerables por sus comorbilidades.
Para los autores de este arículo, las mascarillas han llegado para quedarse. Aún estamos en pandemia, con una incidencia diaria de casos y fallecidos importantes. Una precoz liberación total en el uso de mascarillas puede incrementar los casos por ataque secundario.
Esto conlleva un riesgo que no deberíamos asumir si pensamos en las personas más vulnerables por sus comorbilidades. Con la situación actual de la pandemia, las autoridades gubernamentales y sanitarias deberían definir unas pautas razonables para el uso de las mascarillas que reduzcan estos riesgos.
Puedes leer este y otros interesantes artículos sobr salud práctica en el blog de Cualtis.