Nuestras vidas, nuestras sociedades y nuestras empresas nunca volverán a ser lo que eran antes de la pandemia causada por la Covid-19. Este terremoto vírico ha sacudido todos los ámbitos y estamentos y ha modificado y transformado relaciones, hábitos, normas, métodos, procedimientos…
El entorno empresarial también ha cambiado, y en opinión de numerosos expertos, ha evolucionado. Ningún perfil profesional ha escapado al “efecto Covid”. Si algo estamos detectando con más fuerza ahora es el gran cambio y la adaptación de los empleados y profesionales en general a la nueva situación surgida.
Existe un perfil profesional que destaca entre todos por su papel clave en este cambio generalizado en las organizaciones, y por su propia transformación. El director de Recursos Humanos, o director de Personas, como se denomina en muchas compañías, es en mi opinión uno de los que más ha evolucionado en los últimos años. Y gracias a ello, ha podido gestionar esta complicada situación.
Durante esta crisis sanitaria, este mando ha elevado más su nivel de excelencia. Y ha sucedido muy rápido. De la pandemia ha surgido un nuevo director de RRHH que ha ganado en competencias, habilidades sociales y de gestión, capacidades… convirtiéndolo en un cargo mucho más estratégico e influyente que nunca para las empresas.
«La distancia y aspereza del tradicional departamento de RRHH o Personal han quedado obsoletas: ahora, las organizaciones escuchan a sus empleados»
No en vano han sido los encargados de cuidar a y tratar con los empleados, de ajustar el tamaño de la plantilla en función de la situación y las necesidades productivas de cada momento, de afrontar y acompañarles ante los problemas de todo tipo que iban surgiendo durante la época más dura de la pandemia, de gestionar e introducir cambios difíciles e imprevistos entre trabajadores y colaboradores, de implantar nuevos modelos de relacionarse, trabajar y promocionarse en la compañía. Entre sus funciones también está la de acompañar, aconsejar y gestionar a los mandos y directivos en el seguimiento de sus equipos. Es decir, su acción se despliega y llega hasta el último rincón de la organización.
Aquéllos que han desempeñado este trabajo mostrando y aplicando empatía, disposición, flexibilidad, agilidad y creatividad, son los que están marcando el camino al resto de directores de RRHH. Colocar al empleado en el centro y favorecer su salud, seguridad y bienestar es lo que aporta mayor beneficio para empresas y trabajadores. No es sólo tendencia, los resultados lo demuestran, desarrollar una buena política de employer branding, además, atrae talento de valor para la organización, y retiene y fideliza el existente.
Soy testigo a diario de cómo las empresas están convenciéndose definitivamente del valor que aportan sus colaboradores, sus empleados, como parte inseparable de un proyecto conjunto, cuyos objetivos deben ser comunes. La distancia y aspereza del tradicional departamento de RRHH o Personal han quedado obsoletas. Ahora, la organización ha pasado a escuchar a su empleado, hay una intención de comprender y de acercarse a sus inquietudes o a sus preocupaciones.
Por eso, considero que las compañías que inviertan y se preocupen por sus plantillas, proporcionándoles medios y recursos adecuados para trabajar y ser más eficientes, formación variada, flexibilidad, proyección profesional, conciliación y reconocimiento económico, obtendrán un mayor compromiso y lealtad del empleado, una mayor productividad.
«Tarea de un buen gestor de Personas es monitorizar los indicadores de desempeño del equipo, para decisiones que mejoren la productividad»
Tras la Covid-19, por ejemplo, lo que más valoran los profesionales a la hora de buscar y elegir un puesto de trabajo, es la posibilidad de teletrabajar y conciliar. Así, además del sueldo y la posibilidad de crecimiento, el trabajador prioriza más su tiempo y la gestión del mismo.
Y con la expansión del trabajo a distancia, se hace imprescindible adoptar una cultura de medición, contar con métricas sobre el rendimiento, los resultados, los tiempos, etcétera. Compruebo continuamente, con las organizaciones, que es la única manera de optimizar la gestión. Y es también tarea de un buen gestor de Personas, quien, gracias a la monitorización de los indicadores de desempeño del equipo de trabajo, podrá tomar decisiones que mejoren la productividad y aumenten los beneficios de la empresa.
Durante los dos últimos años, la demanda de herramientas informáticas de medición y gestión de proyectos y personas ha aumentado de manera exponencial. La gran experiencia de Workmeter en este ámbito nos ha permitido acompañar y proporcionar a numerosas compañías de todo el mundo el software con el que han cambiado para siempre la gestión del trabajo y la mentalidad laboral, con el que han optimizado recursos y aumentado sus beneficios.