Es un consejo que me dio hace muchos años un gran profesional de la comunicación. Si no recuerdo mal, al inicio de mi trayectoria profesional.
Cada día me levanto con el sueño de hacer bien mi trabajo; de implicarme al máximo, de exigirme y de dar la mejor versión de mí misma.
Me siento afortunada por dedicarme a lo que me dedico. Cuando miro hacia atrás, veo 30 años de esfuerzo, entrega, disciplina… Y sigo pensando que es una carrera de fondo no un sprint. Con sus luces y sombras, con sus éxitos y fracasos, pero con enseñanzas constantes a lo largo de los diferentes momentos de mi carrera junto a grandes profesionales.
Y por supuesto me siento afortunada, y sobre todo agradecida siempre a las oportunidades, pues sin ellas hubiera sido difícil mostrar y demostrar mi pasión por la comunicación en programas televisivos en diferentes cadenas, espacios radiales, eventos corporativos en el sector audiovisual, tecnológico, jurídico…
Ahora, también, en mi primera novela histórica ficcionada: La Reina Amazona (La Esfera de los libros). Que se desarrolla a principios del siglo XX (1910), pero viaja continuamente al pasado, a finales del XIX (1869).
Trasladarme a esa época ha sido gracias al personaje final, pues casi todos los escenarios giran a su alrededor; por su vida, por su pasión por los caballos, por sus aficiones, por su paso por España e Inglaterra.
Me encantan las novelas románticas, y el siglo XIX es una época que, tanto a través de la literatura como de las películas, siempre me ha atraído por el Romanticismo, como movimiento cultural y artístico. Muchos escritores y escritoras dejaron huella, al reflejar de forma magistral historias de amor que, más de un siglo después, a mí me conmueven como lectora y me atrapan por sus historias y por cómo están contadas.
Para mí, esta aventura literaria ha sido una experiencia maravillosa. Y un gran reto personal y profesional, desde la humildad, pues respeto mucho a los escritores y la literatura. Un trabajo del que me siento orgullosa por la constancia, la disciplina, el tiempo dedicado a la documentación, las conversaciones con historiadores, los viajes. Mucha lectura e investigación.
He contado lo que quería contar, y espero que al lector le interese. En mi opinión, periodismo y literatura tienen un nexo común: el contar historias. Mi aventura literaria no es un relato periodístico, sino una novela con amor, intrigas, cierto misterio; el amor como sentimiento universal, y la intriga, quizá porque una de mis etapas informativas estaba unida al mundo de la información, de los giros, de la búsqueda de la verdad…
Día a día me mueve la pasión, la motivación y la ilusión por confiar en seguir persiguiendo mi sueño: la comunicación. Y la pasión por el trabajo, ¿nace, se hace, o se cultiva?
Patricia Betancort es periodista, presentadora de televisión y escritora.