«Rescatar ahorros ligados a la jubilación ha de ser la última opción», Gregorio Gil de Rozas #frentealespejo

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Solventar un problema a muy corto plazo, pero crear uno quizá mayor de insuficiencia de recursos en la etapa de nuestra vida en la que seremos seguramente más vulnerables, no es una buena opción. Aunque podemos no encontrar otra opción, por nuestras circunstancias personales.

Vaya por delante que la reciente entrada en vigor del Real Decreto-ley 15/2020, por el que se regulan las condiciones y los requisitos necesarios para poder rescatar el plan de pensiones o cualquier otro vehículo de previsión ligado a la jubilación, debido a la crisis del Covid-19, es una medida plausible.

Con cuatro millones de personas incluidas en ERTE, y siendo más de 1,4 los millones de autónomos que accederán a la protección por cese de actividad a causa de la pandemia en España, nos encontramos ante una situación grave y excepcional. Que acarrea una importante merma de los ingresos de muchos negocios y familias.

Y en la que los fondos de pensiones, tanto privados como de empleo –la medida afecta a ambos–, deben poder estar al servicio de sus partícipes para abordar esa excepcionalidad.

«El rescate anticipado del plan de pensiones ha de ser solo un último recurso, ya que no es fiscalmente ventajoso»

Pero su rescate anticipado ha de ser solo un último recurso, ya que no es algo especialmente ventajoso. Hay que analizar, en primer lugar, la cuantía máxima que dicho decreto permite rescatar: 1.613 euros al mes. Resultado de prorratear, para el periodo de duración del ERTE o la suspensión de actividad, el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM) anual para 12 pagas –que en 2020 está en 6.545 euros–, y multiplicarlo por tres: 19.362 euros.

Por otro lado, el tratamiento fiscal del rescate hace que el importe percibido tribute como rendimientos del trabajo a un tipo que, en la escala estatal, oscila entre el 19% y el 45%. Para disponer de ahorro de esta forma precipitada y sin planificación, los planes de pensiones no son –fiscalmente– los vehículos más eficientes. Debe primar, de ser posible, disponer de ahorro de otras fuentes, como depósitos o fondos de inversión. Pues estos últimos tributan solo por la ganancia patrimonial, si la hubiera, a un tipo entre el 19% y el 23%.

Los planes de pensiones son financieramente eficientes en plazos de inversión dilatados. Un rescate antes de tiempo puede implicar impactos negativos. Y más en un momento del mercado tan convulso como el actual, que ha provocado caídas en los principales mercados financieros de entre el 25% y el 30%.

«Recomiendo tomar un tiempo para analizar las necesidades, y planificar una disposición lo más eficiente posible»

Por ello, desde el equipo de Retirement de Willis Towers Watson en España, recomendamos que, antes de ejecutar un rescate anticipado del fondo de pensiones, se tome un tiempo para reflexionar, analizar las necesidades y la situación patrimonial global, y de ese modo planificar una disposición del ahorro lo más eficiente posible desde el punto de vista fiscal.

Si tras hacerlo no encontramos otra opción, lo ideal es hacer el uso más limitado posible del rescate del fondo de pensiones. Y así, retomar su finalidad de canalizar el ahorro a la jubilación a la mayor brevedad, reiniciando las aportaciones periódicas y excepcionales en cuanto haya oportunidad.


Gregorio Gil de Rozas es director de Retirement en Willis Towers Watson España.