«Nada de un mundo igual: un mundo mejor», Alejandra Maté #frentealespejo

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Inauguramos año nuevo. Quiero, antes de nada, desearos toda la paz y felicidad que os sea posible, y a pesar de todos los pesares. Y también que 2021 borre como un viento huracanado todos los dramas que hemos vivido recientemente.

2020 ha sido un año terrible, marcado por una pandemia que nos ha golpeado de tal manera que resulta difícil creer que hayan pasado solo 12 meses desde que tuvimos las primeras noticias de que un nuevo virus se estaba transmitiendo entre humanos en Wuhan, China.

Nadie podía imaginar entonces hasta qué punto iban a cambiar nuestras vidas. Tampoco sabemos hoy con certeza cuánto más cambiarán…

Pero dejadme, de todos modos, centrarme en lo positivo. Como corresponde a un tiempo nuevo, que empieza de cero. Hemos pasado más tiempo en familia, y este es, sin duda, el mejor regalo que nos ha hecho la Covid-19. Aunque no ha sido una tarea tan sencilla. La necesidad de compaginar el teletrabajo con el cuidado de los hijos, las clases online, la organización de la vida familiar… Incluso hemos tenido más tiempo para dedicarle a aquellas personas que vivían solas, y a las que hemos sabido no dejar atrás.

«Centrémonos en lo positivo, como corresponde a un tiempo nuevo, que empieza de cero»

También hemos valorado más la labor sanitaria. Otro de los grandes aprendizajes de 2020: reconocer la calidad humana y asistencial del personal de nuestros hospitales y centros de salud. Sin embargo, la pandemia ha evidenciado las carencias del sistema sanitario español. El patógeno nos ha enseñado también lo necesario que es la inversión en sanidad pública, en ciencia e investigación, cimientos del estado de bienestar. No lo olvidemos.

Además, hemos ensuciado menos el planeta. El confinamiento produjo que la contaminación en el aire bajase una media de 53% en toda España. Y nivel mundial, la NASA ha afirmado que el planeta llegó a estar mucho más verde que hace dos décadas, con los canales de Venecia mostrando sus aguas cristalinas; algo que llevaba sin verse desde finales del siglo XX. Luego sabemos hacerlo…

Podemos estar orgullosos de haber sido más solidarios y habernos apoyado más los unos en los otros. Empresas de todo tamaño, asociaciones, familias y particulares nos hemos volcado en ayudar a los demás con todo tipo de gestos y de acciones solidarias que han permitido paliar, en cierta manera, la preocupante necesidad de muchos hogares. Una manera de demostrar que, en las peores situaciones, surgen los mejores actos de generosidad.

En definitiva, aunque es cierto que el mundo ha cambiado y, de una forma u otra, todos hemos cambiado con él, el planeta sigue girando, la vida sigue adelante, sabemos que todo va a continuar evolucionando y debemos asumirlo y prepararnos para ello.

Hemos vivido, sin duda alguna, el año del desconsuelo. No importa nuestra edad, ni nuestras circunstancias vitales. Todos hemos bebido de este cáliz a sorbos desde el pasado mes de marzo, cuando nos encerramos en nuestros hogares.

«Si algo sabemos con seguridad es que, después del invierno más oscuro, llega siempre la primavera»

Hemos sufrido por las miles de personas que nos han dejado, y nos siguen dejando. Aceptado que debíamos pasar las fiestas más entrañables del año en pequeños grupos, por el bien de todos. Entre medias, no han faltado las lágrimas. A veces, con una tontería de anuncio que era pura pornografía emocional; a veces, simplemente escuchando una canción o diciéndole a un ser querido, eso mismo, que le queremos. La situación ha sido desbordante y nuestro nivel de empatía no podía soportarlo más.

El año que dejamos atrás entrará en los libros de historia, esa que contaremos en el futuro a los jóvenes que no lo hayan vivido. Sé que ahora cuesta interiorizar la palabra esperanza. Pero es imprescindible hacerlo. Necesitamos pensar que el mundo va a ser ya no igual, sino mejor; y que todo esto pasará algún día.

No pocos expertos y numerosos indicadores económicos son optimistas al respecto. Y si algo sabemos con seguridad es que, pase lo que pase, después del invierno más oscuro siempre, siempre, llega la primavera. Un emocionado agradecimiento a todos, clientes, trabajadores, amigos… Caralin Group va a seguir aquí, como ese pilar firme al que asirse cuando cunde la incertidumbre. Vamos a salir adelante, y lo más importante: lo vamos a hacer juntos.


Alejandra Maté es consejera delegada de Caralin Group.