Juan Carlos Maté, presidente de Caralin Group: «La mediocridad que abunda, e impone sus reglas al mercado, no nos arredra»

Juan Carlos Maté

Hoy, lunes 2 de enero, comenzamos un nuevo calendario. Una fecha para dar gracias por la gente que tenemos cerca y para desear a todos nuestros clientes lo mejor en esta nueva etapa. Otro año más, en el que toca, en primer lugar, una palmadita en la espalda. Permitidnos saborear el exitoso arranque de Caralin Real Estate, y apreciar el hecho de que, como grupo, hayamos cumplido 15 años en el mercado, con más u mejores clientes a medida que pasa el tiempo. Y como cantaba el inolvidable Sinatra, lo que es más importante: fieles a nuestros valores.

Basta de autoalabanzas. Volvamos al trabajo, y que no se nos olvide que, aun siendo una empresa humilde, tenemos la suerte de contar con la confianza de muchos clientes que nos hacen sentir comprometidos y satisfechos con nuestra labor y que nos consideran sus compañeros de viaje. Gracias a que compartimos la misma visión y unos principios similares, y porque sabemos que lo fundamental no es llegar, sino recorrer el camino sin traicionar ni la una ni los otros.

Porque para quienes conformamos Caralin Group la labor realizada no se limita a prestar un servicio; ni concluye, sin más, con él realizado. Es preciso pensar también en las necesidades del entorno. Tratamos con empresarios y directivos que consideran las decisiones que toman cada día como una responsabilidad, que tienen consecuencias y afectan a muchas personas.

Por esta razón, la relación que buscamos no se basa en ofrecer un producto o servicio único y exclusivo, sino en uno que resulte idóneo para las necesidades de cada cliente. Y que le suponga una solución, no un esfuerzo. Así, somos capaces de ser diferentes al ir más allá de sus expectativas y actuar con responsabilidad, y esa actitud es recíproca. No siempre resulta fácil, pero cada nuevo reto también se convierte en una oportunidad para ayudarle a resolver una dificultad.

Una filial que nace sabiendo

Este año, recién concluido, hemos tenido el orgullo de haber puesto en marcha de la nada, aunque fundamentada en unos sólidos cimientos –como son un grupo de expertos senior–, una nueva división: Real Estate & Luxury Homes. Una filial dedicada a la gestión premium de bienes raíces, a través de la cual conectamos a compradores y vendedores para facilitar las transacciones personales más importantes de la vida, manteniéndonos por delante de las expectativas del sector para conseguir una exclusiva selección de casas, terrenos, propiedades e inmuebles de lujo.


Juan Carlos Maté

En apenas seis meses hemos sido capaces de cerrar acuerdos con más de medio centenar de partners: desde entidades financieras, socimis y fondos de inversiones nacionales e internacionales, a promotoras, inmobiliarias e inversores privados. Y contamos ya con una cartera de más 250 activos: terrenos, edificios de oficinas, hoteles, residencias, naves industriales, bodegas, locales comerciales…

Al formar parte de una plataforma global de colaboración, somos capaces de ofrecer un servicio completo en todos los ámbitos. Eliminando de este modo la necesidad de visitar varios intermediarios o agentes inmobiliarios para encontrar exactamente lo que buscan nuestros clientes; con el ahorro de tiempo y esfuerzo que conlleva.

Que todo cuente y sume

Pero, una vez más, fieles a nosotros mismos, y sabiendo decir que no cuando era necesario. Búscanos transparencia, honestidad, valores y sobre todo legalidad. De modo que seguiremos negocio con quien comprenda estas sencillas pautas: la mediocridad que abunda, e impone sus reglas al mercado, no nos arredra. Aunque seguiremos agradeciendo a quienes nos hacen saber si en algo fallamos o lo hacemos mal para seguir mejorando. Siempre.

Claro que buscamos el beneficio económico, pero no a costa de los empleados, clientes y proveedores, o de la explotación de nuestro entorno. Por eso entendemos las necesidades de las empresas para las que trabajamos, y el reto que les supone afrontar un mercado competitivo y cada vez más regulado mientras intentan obtener el máximo rendimiento de los recursos disponibles. Pero saber que les ayudamos a conseguirlo nos impulsa a estar a la altura, y no estamos plenamente satisfechos si nuestros clientes no lo están a su vez.

Termino con un deseo para el año entrante. Sigamos compartiendo llantos y risas, alegrías y penas, locuras y calmas, cabezonerías y razonamientos sensatos. Que todo cuente y sume; que todo aporte para seguir creciendo. Y no olvidéis que lo bueno sigue ahí, más vivo que nunca, aunque no todo el mundo sepa verlo y valorarlo.