El blog de Grupo Vettonia nos habla de los sistemas de control de acceso, que se han convertido en un sustituto habitual para las cerraduras tradicionales. De hecho, ya los usamos sin darnos cuenta, como cuando empleamos una tarjeta al entrar a algunos edificios de oficinas, un intercomunicador en ciertos apartamentos o incluso una app en el garaje. Pero cuando nos referimos a su uso específico para negocios y empresas, hay otros aspectos que ofrecen múltiples ventajas en su funcionamiento.
Para empezar, debemos definir los controles de acceso: se trata de una tecnología de seguridad que, como su nombre indica, permite gestionar quién puede entrar a áreas específicas de una instalación y cuándo. Siguiendo el ejemplo que mencionábamos de la tarjeta, a través de la misma se pueden programar determinados permisos de acceso; para que un empleado o un cliente pueda entrar a su edificio mediante un lector de proximidad, un lector de banda magnética u otro dispositivo de lectura. Además, este acceso puede estar limitado a ciertos rangos de tiempo.
El control de acceso en una empresa
Una estructura de control de acceso puede ser tan simple o tan compleja como se necesite, desde una herramienta estándar que sustituya las llaves habituales hasta un sistema de seguridad totalmente integrado. Echemos un vistazo a varios elementos con un ejemplo.
Control de entrada
Supongamos el caso de una industria que opera en varios turnos, por lo que la zona de fabricación siempre se encuentra abierta para la entrada y salida de trabajadores. Además, los operarios de los diferentes turnos no se conocen entre sí. Un extraño tendría una oportunidad relativamente fácil para entrar de forma desapercibida y hacerse con algún equipo. Esa misma industria cuenta con unas oficinas anexas; el primer empleado en llegar abre la entrada y el último en salir se encarga de cerrarla. Aquí nos encontramos con el problema de que la oficina se quede abierta porque la última persona salga sin darse cuenta de que no había nadie más.
Para abordar estos riesgos de seguridad, una posible solución de control de acceso sería el equivalente al reemplazo de cerraduras básico. Todas las puertas, tanto del área de fabricación como de la de oficinas, están cerradas bajo llave en todo momento, y cada uno de los empleados tiene acceso a su zona de trabajo correspondiente a través de un llavero individual.
Control horario
Ahora bien, solo con este sistema no se impide, por ejemplo, que un empleado del primer turno pueda entrar durante el tercero, o que alguien que trabaje en las oficinas acceda a las mismas fuera del horario de atención. Siempre se podrá identificar a esos casos, ya que los llaveros son individuales, pero para eliminar cualquier riesgo por completo resulta adecuado, además, incorporar un procedimiento de restricción horaria y de zona.
En este ejemplo, esto puede conseguirse ajustando los permisos de esos llaveros, de tal forma que los operarios de la fábrica solo tengan acceso a las instalaciones de producción, mientras que los empleados de la oficina puedan acceder únicamente a las mismas. Además, cada trabajador solo puede entrar dentro de su propio horario establecido.
Si deseas leer el resto de esta interesante entrada sobre las ventajas de los sistemas de control de acceso para las empresas, puedes hacerlo pinchando este enlace del blog de Grupo Vettonia.