«Enseñanza profesional: de las tinieblas a la luz», Antonio Mayoral #frentealespejo

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Pudiera parecer un título provocador, pero los que cursábamos la EGB en los años 70 y 80 del siglo pasado recordamos los estudios profesionales como un espacio sombrío, habitado por alumnos que habían fracasado en sus estudios básicos, y que encontraban en la Formación Profesional la única salida para evitar la holgazanería durante los comprometidos años de la adolescencia.

Ciertamente, las administraciones públicas se volcaron a finales del siglo XX, a la hora de impulsar una serie de normativas que sirvieran para transformar un panorama tan poco esperanzador como el que se vislumbraba por entonces. Sin embargo, apenas consiguieron imprimir un mayor dinamismo a este tipo de enseñanzas, y fracasaron en su intento de implantar un sistema eficiente para este tipo de estudios.

Según mi parecer, en los primeros años del siglo presente se ha producido una interesante reflexión que ha culminado en un axioma compartido por todos los agentes implicados. La enseñanza profesional ha de ser la vía principal para la inserción laboral y la empleabilidad de las personas.

Asimismo, y a semejanza de la mayor parte de los países europeos, el refuerzo de los estudios profesionales compensará el excedente de alumnos que optan por los estudios académicos, y que difícilmente encuentran acomodo en el mercado laboral tras la finalización de su formación.

Los estudios profesionales están llamados a convertirse en la respuesta a buena parte de los problemas más acuciantes de nuestra sociedad. Así, por ejemplo, el desempleo, la integración social o la erradicación de la pobreza.

«La enseñanza profesional ha de ser la vía principal la empleabilidad de las personas»

En Master D somos conscientes de que se ofrecen oportunidades de empleo que no acaban cubiertas porque no existen personas cualificadas para ello, puesto que no cuentan con una preparación suficiente con este fin. Por eso, nuestra misión es ofrecer a este público objetivo la formación apropiada para alcanzar la empleabilidad o la mejora de su puesto de trabajo.

Uno de los principales cambios ocurridos en este siglo es que las personas interesadas en ampliar su formación, o en especializarse en un sector con amplia oferta de empleabilidad, no disponen del tiempo suficiente para asistir a enseñanzas según el modelo tradicional. Es decir, resulta complicado para muchos comprometer su presencia ciertas horas, todos los días de la semana, de manera que su tiempo deba estar dedicado íntegramente a esa formación.

El desarrollo de los estudios abiertos viene en ayuda de este tipo de estudiantes. Así, por ejemplo, en Master D hemos desarrollado un modelo docente que se adapta a los tiempos de los que dispone el alumno. Apoyando dicho modelo en una tecnología que ha logrado crear una auténtica comunidad virtual como espacio en el que los estudiantes tienen acceso al material de apoyo y a las notas necesarias para estudiar y aprobar su curso.

«La plataforma virtual, y el campus on line completan la enseñanza presencial»

La plataforma virtual permite, asimismo, que los alumnos intercambien ideas entre ellos, notas de clases, ejercicios y demás material complementario. Además, el campus on line se encuentra preparado para interaccionar con los profesores y el resto de personal docente.

Y todo ello, acompañado de las oportunas dosis de “presencialidad” que son necesarias para adquirir ciertos conocimientos o desarrollar determinadas habilidades. La treintena de centros que Master D mantiene abiertos, entre España y Portugal, constituyen una ayuda determinante para ello.


Antonio Mayoral es director general de Master D.