«¡Los tiempos están cambiando!», Tomás Higuero #frentealespejo

Tomás Higuero #frentealespejo

El casi común denominador verbalizado en los últimos meses en el mercado de las oficinas, tanto en público como en privado, es el cambio. No solo el que ha tenido lugar en los últimos años –que más que cambio ha sido un Big Bang– sino el que está por llegar.

Algunas de las razones que pueden sustentar dichos cambios, en mi opinión, se pueden resumir como sigue:

  • Nuevas exigencias/expectativas por parte de las empresas ocupantes de las oficinas. Estas compañías quieren ofrecer a sus trabajadores una experiencia laboral de altísima calidad como vía para fomentar la afluencia al centro de trabajo y la productividad y el contento laboral. En dicha experiencia, todo lo relacionado con calidad del aire interior, confort, ESG y programas de bienestar para los trabajadores tienen cada vez más peso.
  • Para las compañías ocupantes de espacios de oficinas, estos no sólo representan metros cuadrados ocupados, sino la oportunidad de proyectar una nueva cultura de empresa (esencial tras la pandemia) y generar un sentimiento de pertenencia a su marca. En el momento actual, la proyección de las oficinas como herramienta para fijar una cultura de empresa tiene una importancia muy considerable

«No debe chocar que la salud se haya convertido en una importantísima palanca que las compañías están utilizando para motivar y alinear más a sus trabajadores».

  • El sentir de los trabajadores. Este es un tema especial. Los estudios de satisfacción del trabajador e informes de RRHH llevan bastante tiempo destacando que el compromiso del trabajador nunca ha sido tan bajo como en la actualidad. Este es un fenómeno global que incide especialmente en Europa (y muy concretamente en España). El consenso general (Gallup, Willis Towers Perrin, etcétera) apunta a la siguiente horquilla: solo un 30% de los trabajadores está motivado, otro tercio es indiferente y el tercio final es directamente antagonista con la empresa que le da trabajo. Todo esto se ha vuelto mucho más complejo tras la pandemia y la agenda de flexibilidad de las empresas.
  • La importancia de la salud. La salud personal, no de forma sorprendente, se ha colocado como el asunto que más nos preocupa hoy en día a los europeos (por encima de estabilidad familiar y profesional). Por ello, no debe chocar que esta se haya convertido en una importantísima palanca que las compañías están utilizando para motivar y alinear más a sus trabajadores. El racional se basa en que es un hecho contrastado que aquellas compañías que otorgan más importancia a la salud de sus trabajadores obtienen mejores resultados. No es de extrañar, por tanto, que todo lo relacionado con la salud y el bienestar de los trabajadores esté en tendencia (calidad de aire interior, certificaciones, consultoría, etcétera) y por eso vemos como, cada día, un mayor número de compañías están adoptando esquemas de salud y bienestar.

«Cada día más demandadas las oficinas con calidad de aire interior adecuada, buena acústica e iluminación y sostenibles, así como otras propuestas de salud».

  • Por tanto, el edificio de oficinas se puede convertir en la piedra maestra de este entramado. A pesar de que la agenda flexible permite que los trabajadores puedan ser más móviles, parece que el péndulo en España pudiera tender más hacia lo presencial. Y en este escenario, las oficinas con calidad de aire interior adecuada, buena acústica e iluminación y sostenibles, así como otras propuestas de salud, son cada día más demandadas.

Como diría Bob Dylan, en su The times are a changing, «then you better start swimming or you’ll sink like a stone». Vale, de acuerdo, es un poco dramático; pero los genios son genios porque normalmente tienen razón.


Tomás Higuero es consejero delegado de Grupo Aire Limpio.