El problema de las bajas fingidas

bajas laborales fraudulentas

La baja laboral es un derecho del trabajador por la cual en casos de incapacidad temporal justificada por enfermedad permite seguir percibiendo parte de su salario mientras no pueda ir al trabajo. Demasiado bonito para no inspirar a la picaresca. Menos mal que Fox Consulting están allí para ayudarnos.

Como consecuencia de la crisis económica, las empresas han aumentado los recursos para detectar y perseguir los casos de fraude en las bajas laborales. No es que hayan subido en proporción, porque la precariedad en el empleo y la falta de oportunidades hacen que el trabajador se lo piense muy mucho antes de dar motivos sobrados a la compañía para que le despache directo a su casa.

Pero en el país de la picaresca hay un porcentaje fijo de gente que sí o sí va a intentar vivir del cuento y si la puede colar, la cuela, en especial en entornos en los que se cree seguros por su estatus de funcionario o de enchufado del jefe. Pero para las pymes, el hacer frente al pago de una baja fingida supone un perjuicio para el desarrollo y supervivencia de la empresa, porque las bajas no se suelen cubrir y el trabajo simplemente se reparte entre los demás, o se deja de hacer.

Las empresas de detectives privados como Fox Consulting están acostumbradas a lidiar con estos indeseables, siendo muy eficaces en el seguimiento y reunión de pruebas descalificadoras. La Comunidad de Madrid es de las regiones con más casos y los empresarios están empezando a demandar esta clase de servicios especializados de investigación para poder emprender las acciones legales necesarias y demostrar de forma fehaciente y legal un fraude de este tipo.

Pasos a seguir

Es importante empezar cuanto antes, por lo que debería estar incluso tipificado desde RRHH un protocolo de comprobación al margen de la documentación legal que hay que aportar. No se trata de sospechar por sistema y de todo el mundo, pero sí establecer una serie de criterios en cuanto a tiempo de duración, causas, costes de Seguridad Social, incidencia en la productividad, etc. que permitan un seguimiento y disparen alarmas preconfiguradas.

De haber sospechas fundadas sobre un trabajador, lo mejor es tomar el asunto de una manera aséptica y sin provocar conflictos internos, por lo que una mediación externa es la mejor solución. Contar con profesionales que ayuden a probar el fraude, sin poner en compromiso al resto de compañeros que tuvieran que declarar en un juicio, es la mejor garantía de éxito, ya que los detectives privados conocen el procedimiento adecuado para investigar este tipo de casos y ayudar al empresario a tomar las medidas necesarias de forma legal y reglada.

El primer paso ante la sospecha de una baja fraudulenta es recabar el máximo de información sobre el empleado implicado y la supuesta incapacidad en sí. Los testimonios voluntarios de los empleados son clave para establecer la situación inicial, así como analizar las publicaciones en las redes sociales. Aunque estas no constituyan, en la mayoría de los casos, una prueba en sí, pueden ayudar a orientar la investigación. Hay casos en los que se va de tan sobrado, que los investigados publican viajes o actividades incompatibles con su baja, o muestran comentarios que revelan directamente su fraude.

Uno de los principales motivos de fraude de una baja laboral es para trabajar en otra empresa o en el negocio familiar. El seguimiento por parte de un detective privado podrá probar si un empleado dedica su tiempo de baja laboral para trabajar en otro negocio. Éste es un motivo suficiente para el despido procedente si se trata de una actividad paralela en toda regla, no sólo de un día. Por ello se debe probar tanto con documentos gráficos (fotografías y vídeos) como documentos escritos como contratos con otras empresas o pagos por parte de otros empleadores.

Durante el periodo de incapacidad laboral temporal existen ciertas actividades incompatibles, ya que dificultan la recuperación y, por tanto, la reincorporación al puesto de trabajo. Depende del motivo de la supuesta baja (dolores de espalda, depresión o lesión física) se deben investigar ciertos estilos de vida. Por ejemplo: los medicamentos para el tratamiento de la depresión no deben combinarse con alcohol, por lo que en este supuesto si el trabajador se pasa el día en el bar o salen de noche consumiendo bebidas alcohólicas puede ser motivo de despido procedente. De igual manera, si es fruto de una baja física, ir al gimnasio puede interpretarse como rehabilitación, pero cargar muebles o trabajar en el andamio no.

En estos tres últimos puntos, la labor de un detective privado es clave, su trabajo es probar y corroborar durante un periodo de tiempo suficiente el fraude laboral, y para ello dedica tiempo y métodos que el empresario no tiene.

Calendario laboral… de bajas

El crecimiento de las bajas laborales fraudulentas se debe, entre otros factores, a la catalogación por parte de los médicos de “enfermedad común” sin tener que realizar un diagnóstico preciso. En una consulta médica el testimonio del paciente es, en muchos casos, suficiente para la firma por parte del facultativo de una incapacidad temporal bajo la denominada “enfermedad común”. Éstas son las más difíciles de investigar por parte de los empresarios, ya que no saben qué deben probar para desmontar el fraude.

Entre las enfermedades comunes más recurridas para bajas fraudulentas están: dolores de espalda y articulaciones, depresión y ansiedad o migrañas y jaquecas. Hace unos años las bajas más comunes eran lumbalgias o dolores cervicales, aunque en la actualidad las que más prevalecen son las de índole psicológica como ansiedad, estrés o depresión, mucho más difíciles de diagnosticar y también de probar su fraude.

La estacionalidad también es una característica de las bajas fingidas, ya que existen diferentes períodos del año en los que son más comunes unas bajas laborales u otras. Por ejemplo, los meses de verano que coinciden con las vacaciones muestran un descenso de las demandas de incapacidad laboral temporal. Sin embargo, en septiembre se experimenta un pico de crecimiento de bajas por depresión, en muchos casos con la intención de retrasar la reincorporación al trabajo. Puentes señalados y fiestas navideñas también ofrecen cierta coincidencia.


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