«Fast food vs fast good: comer bien y rápido es posible», Jaime Arteaga #frentealespejo

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“Aquellos que piensan que no tienen tiempo para una alimentación saludable, tarde o temprano encontrarán tiempo para la enfermedad”. Esta frase que pronunció el político inglés Edward Stanley en el siglo XIX no podía definir mejor la realidad actual.

Y es que si algo caracteriza el modo de vida que llevamos hoy en día es la falta de tiempo para todo: alimentarnos bien, cocinar, descansar… Un problema que está lamentablemente condicionando nuestra salud, ya que solo el hecho de encontrar un hueco para comer de forma saludable a veces puede convertirse en una auténtica odisea.

Esto lo vemos especialmente en el mundo laboral. De hecho, solo cuatro de cada diez trabajadores españoles se lleva la comida de casa a la oficina. Así lo demuestra un estudio de la FUCI (Federación de Usuarios-Consumidores Independientes).

Pero ¿qué pasa con el resto? Hasta hace unos años, ese otro 60% seguro que restaban tiempo a la hora de la comida para dedicárselas a cerrar tareas pendientes y buscaban la opción más rápida y económica, lo que conocemos como fast food. Sin embargo, no se planteaba buscar una opción que, además de rápida y de tique bajo, ofreciera comida fresca, saludable y que contará en un solo plato con todos los nutrientes necesarios; esto es, lo que ha conseguido el fast good.

Esta nueva tendencia, en la que en DO EAT! somos pioneros, nace para dar respuesta a una necesidad en auge: comer de forma rápida, a un precio bajo y que la comida sea saludable y de buena calidad.

Esta nueva forma de alimentarnos está suponiendo una auténtica revolución para el mercado de la hostelería en España; sobre todo en entornos de centros empresariales y oficinas. De hecho, un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que una nutrición saludable puede elevar los niveles de productividad laboral en un 20%.

«Un hueco para comer saludable a veces es una auténtica odisea»

Y es que, aunque no tenemos tiempo, hemos cambiado a la hora de comer. Y han surgido nuevos perfiles de consumidores más preocupados por comer sano, entre ellos, los millennials. Una generación que en la actualidad representa un 17,6% de la población. Es decir, más de ocho millones de personas con edades comprendidas entre los 20 y 35 años, y con gustos y costumbres muy definidos.

Una generación que compra más alimentos reales y huye del mundo Matrix o los ultraprocesados; que cocina de forma más saludable y come más sano en casa, diciendo adiós a los fritos o rebozados, y apostando cada vez más por la plancha o el horno.

«En Instagram, millones de usuarios suben a diario fotos de sus comidas»

Entonces ¿por qué no tener lo mismo cuando se come fuera? Sobre todo, cuando no podemos comer mucho en casa.

Otro aspecto que caracteriza a esta generación es su vinculación a, y su uso de, Internet. Por eso, estos cambios de costumbres a la hora de comer también podemos verlos en Instagram, donde millones de usuarios suben a diario las fotos de sus desayunos con ingredientes que hace unos años desconocíamos, como la leche de avena, las semillas de chía, el sirope de agave o los zumos detox.

¡Adiós a los ultraprocesados!


Jaime Arteaga es CEO y fundador de DO EAT!.