Loco Polo: una idea ni tan loca, ni tan fría

Loco Polo

Loco Polo es un proyecto de dos amigos de la infancia, Oier Almandoz e Íñigo Galdona, que creyeron que podía existir una alternativa al helado tradicional, dándole un toque de alegría sobre un palo. «Nuestros polos son cremosos y muchos de ellos tienen rellenos que sorprenden a todo el que los prueba por su textura y sabor», señalan ambos socios. «Trabajamos de manera artesana y con productos naturales».

Su producto es sumamente universal. ¿A quién no le gusta el helado? Y lo mejor es que puede consumirse en cualquier momento del día. «Pese a que tenemos dos rangos de edad, de 14 a 35 y de 55 a 65 años, podemos decir que gente de todas las edades, culturas, e intolerancias alimentarias consumen polos», continúan estos dos emprendedores guipuzcoanos.

«La gente mayor cada vez viene más a nuestras tiendas, ya que están descubriendo que los Loco Polo son más ligeros que el helado tradicional, pues algunos tienen incluso 0% de materia grasa».

¿Qué valor añadido aporta Loco Polo al mercado?

Como gran novedad, se trata de una alternativa saludable y divertida. «Y de un producto que, pese a que pueda no ser el mejor del mundo», comentan sus propios creadores, que se preguntan, «¿cuál lo es?», aseguran que tiene un factor sorpresa con la textura y los rellenos.


Polo Loco
Oier Almandoz e Íñigo Galdona, creadores de Loco Polo.

«También trabajamos mucho la experiencia de venta al cliente. Para ello el primer y más importante punto es tener los puntos de venta impolutos. Aunque también nos centramos en la exposición del producto, en que sea lo más visual e intuitiva para el cliente».

Y por último, aseguran que sus cinco establecimientos actuales (San Sebastián, Barcelona, Sevilla y dos en Madrid) tratan de dar siempre el mejor servicio, «ya que hoy en día, en la sociedad en la que vivimos, se puede decir que todas las necesidades están cubiertas. A ver, es que si no te diferencias del resto con pequeños detalles, es imposible tener éxito».

¿Quiénes son los creadores de la iniciativa?

Los principales creadores son Oier Almandoz e Íñigo Galdona, amigos de San Sebastián desde los 2 años. Oier vivió durante cinco años en China, donde dirigió una fábrica con más de 120 empleados locales. Mientras que Íñigo vivió en Nueva York, donde llevo a cabo diferentes proyectos empresariales.

«Pero esta empresa no está formada por dos personas, sino por un pedazo de equipo que empieza en el obrador y en las oficinas, y continúa por las personas que llevan las tiendas, como Juanjo, David, Ruben, Yolanda, hasta un total de más de 30 personas que hacen que este precioso proyecto sea una realidad en constante mejora y evolución».

¿Cómo y cuándo surgió esta idea de negocio?

El proyecto surgió originalmente en 2015, aunque no se llevó a cabo hasta 2017. Momento en el que Oier e Íñigo encontraron el establecimiento que necesitaban realmente. «Una vez en marcha, lo primero era desarrollar un business plan que tuviera sentido. Y la verdad es que era muy complejo. ¿Cómo acertar con cuántos polos se van a vender en una ciudad en la que nunca había existido una tienda similar?», recuerdan estos dos emprendedores vascos.


Polo Loco


Ese fue el principal escoyo con las entidades financieras a las que les solicitaban un préstamo de 240.000 euros, «que ninguno de los ocho primeros bancos a los que fuimos quisieron prestarnos. Hasta que finalmente conseguimos que el noveno confiara en nuestra ilusión y ganas de hacer bien las cosas».

Esta inversión requerida, que no es precisamente menor, está justificada por el montaje de un obrador en una tienda en la que tuvieron que hacer una obra integral, desde el forjado a la fachada, pasando por todo tipo de instalaciones interiores.

Y como análisis o estudio de mercado, para comprobar la viabilidad de la idea de negocio, estos dos empresarios aseguran haber estudiado a fondo las circunstancias (consumos, clientes, horarios…) de las principales heladerías de San Sebastián, «para saber en qué números podíamos movernos».

Dificultades durante la puesta en marcha del negocio

«¡Muchas, y ninguna a la vez!», responden al unísno cuando se les pregunta por las trabas a las que tuvieron que hacer frente. Y es que cuando tienes mucha ilusión por un proyecto, no hay pega ni pero que valga. «Cada vez que alguien nos planteaba y nos plantea hoy un problema nosotros le pedimos o le damos la solución. Por haberlos lo hubo casi cada día. Desde la firma del contrato de arrendamiento, retrasos en la obra, problemas con la financiación, y un largo etcétera. Trabas que pierden importancia siempre que se tenga claro que el camino siempre tiene alguna piedra».

Las tiendas Loco Polo venden helados de palo cremosos con rellenos, café, bollería, repostería y otro tipo de snacks. Y la marca cuenta con dos formatos de negocio: uno, el de las tiendas, y el otro, el de los pop-ups.


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«Tras abrir cinco tiendas, y crear así cierta presencia de marca en el sector, este año nos hemos centrado en potenciar los pop-up temporales de verano, que además de suponer una inversión más asumible –hablamos de 25.000 euros todo incluido–, genera una carga de trabajo muy importante en verano para dar lugar a la calma en los meses de frío invierno». Este formato lo están explotando ellos mismos, aunque también a través de franquiciados.

Con vistas al presente 2020, los planes de Loco Polo pasan por aumentar sus puntos de venta. En San Sebastián, Bilbao, Barcelona, Madrid y Sevilla, a los que pretenden añadir presencia en Marbella y la propia Málaga capital, Tarifa y Chipiona (ambas en Cádiz), y Huelva. Si bien estudian ubicaciones en otros lugares del país. «En resumidas cuentas, la idea es doblar la facturación del año pasado, para superar los cuatro millones de euros vendidos», concluyen estos dos emprendedores.

Datos para contactar con Loco Polo

Para contactar con la empresa en lo relativo a información del negocio se puede enviar un correo electrónico a esta dirección dirigido a Iñigo Galdona. Y para consultar la dirección exacta de sus establecimientos puede visitarse su página web.