Seguramente has oído hablar de real estate. Y con toda probabilidad, cuando lo has hecho ha sido siempre para escuchar o leer acerca de una inversión segura. No en vano, este término anglosajón se refiere a los bienes raíces de toda la vida; solo que se utiliza más para referirse al mercado y sector inmobiliarios de alto rango. Esto es, aquel que abarca operaciones de compra-venta de activos tales como grandes residencias, oficinas y negocios. Lo cual, es evidente, deja interesantes beneficios.
Bien sea que se está buscando generar mayores ingresos, ahorrar o consolidar un patrimonio para los años dorados, la inversión inmobiliaria es una decisión acertada porque al comprar, vender y alquilar propiedades se puede garantizar una fuente fiable y fija de ingresos.
En España se pueden identificar tres tipos diferentes de real estate, según el tipo de activos que se manejan en cada uno de ellos:
- Residencial. Abarca pisos y viviendas residenciales.
- Comercial. Es el referido a oficinas y locales que generan ingresos y beneficios.
- Industrial. Que incluye negocios que tienen una extensión mucho mayor a la de los comercios.
Es evidente que invertir en este tipo de activos puede tener grandes recompensas que superan con creces los costes iniciales de inversión, y generan ingresos fijos a largo plazo. Razones por las que se ha convertido desde hace tiempo en una conservadora y atractiva forma de obtener beneficios.
‘Real estate’: inversión en bienes raíces
Las inversiones inmobiliarias son una buena estrategia para quienes buscan generar grandes beneficios económicos. De hecho, con los años, el real estate ha ido evolucionando y se ha transformado en un sector en el que cada vez más personas pueden entrar a participar para lograr inversiones.
Y es que si se escogen las mejores oportunidades del mercado y se invierte en los lugares adecuados, la ecuación para hacer florecer los beneficios está al alcance de la mano. Eso sí, siempre y cuando se cuente con la asesoría correcta.
De hecho, antes de realizar cualquier compra inmobiliaria, siempre es bueno contar con la asesoría de un profesional que analice el mercado y garantice que se está tomando una decisión que suponga una buena recompensa financiera, y que signifique alcanzar el éxito en el terreno del real estate.
Por eso, en Caralin Group Real Estate&Luxury Homes contamos con el mejor equipo profesional, capacitado para ayudarte a escoger las mejores alternativas. Y por si fuera poco, se encargarán de todo lo relacionado con la negociación, los cobros y las rentas –en el caso de los alquileres–. Para que el inversor no tenga que realizar ningún esfuerzo y disponga sin problemas de una rentabilidad garantizada.
Una fuente de ingresos constante
Parece obvio, pero es cierto. Las personas que invierten en real estate logran obtener un flujo constante de efectivo, gracias a la renta de los alquileres percibidos. Dependiendo de la ubicación y del tipo inmueble, los ingresos generados pueden significar una más que interesante entrada de dinero extra.
Si se elige con cautela, es posible que se generen ingresos que no solo sirvan como una renta fija, sino que puedan ser usados como ahorros, e incluso fondos de vejez. Lo mejor, es que siempre hay más posibilidades, mientras más se diversifique la cartera de inversión.
Se sabe que crear una cartera de negocios inmobiliarios implica una mejora significativa de los ingresos que se perciben. Lo mejor es que estas inversiones también generan una seguridad financiera a largo plazo. Además, no solo se puede percibir más dinero por el alquiler de la propiedad, sino que es posible que con el paso del tiempo, también aumente el valor del terreno y de la edificación.
Mayores facilidades fiscales
Para muchos, uno de los principales atractivos de invertir en bienes raíces. En España se ha facilitado mucho las llamadas Socimi (Sociedades Cotizadas Anónimas de Inversión en el Mercado Inmobiliario), las cuales en los últimos años no han dejado de expandirse en nuestro país, ya que aportan sustanciales beneficios en el conjunto de la economía del país.
Su legislación, puesta en marcha en 2009, pretendía facilitar la creación de este tipo de sociedades para reactivar el mercado en un contexto de crisis. De este modo se introdujeron incentivos fiscales y otras facilidades que contribuían a recuperar el sector del real estate y que tuvieron un papel fundamental en la entrada de inversión extranjera a la economía española.
Algunas de las medidas más destacadas fueron la extinción del impuesto de sociedades o la modificación del capital mínimo que tienen que invertir en bolsa el primer año, con el objetivo de facilitar la formación de estas sociedades. Por otro lado, medidas como la obligación de mantener en cartera los activos inmobiliarios por un período mínimo de tres años iban orientados a evitar tanto como sea posible la especulación irregular de este tipo de activos.
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