Tu negocio, tu carrera… ¿necesita un coach?

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En su blog, CommSense nos advierte de que si leemos Expansión, CincoDías, Emprendedores, El Economista… casi cualquier sitio web que publique artículos sobre empresarios y altos directivos, es probable que nos hagan creer que los dueños de negocios, los líderes, son personas estoicas y solitarias. Individuos que se levantan antes de irse a dormir, hacen ejercicio durante toda la jornada laboral y nunca, nunca le piden consejo a nadie más que a sí mismos. Pues estás equivocado: son personas normales, como nosotros, y a veces necesitan ayuda. Es decir, un coach.

Hay un símil, que es «la soledad del corredor de fondo», que cabría aplicar perfectamente al empresario. Porque cuando eres el jefe, tienes que tomar todas las decisiones por ti mismo. En inglés, hay una máxima similar, «it’s lonely at the top», que tal vez suena algo menos poético, pero cuyo significado es prácticamente el mismo: llevar tu propio negocio o administrar el de accionistas puede ser un asunto solitario.

Para CommSense, la idea del lobo solitario puede resultar imprecisa. Por definición, administrar una pequeña empresa significa que tienes que hacer malabares con múltiples roles y habilidades. Si bien es importante tener un sano nivel de autosuficiencia y determinación, al iniciar un negocio, es probable que los emprendedores se sientan en algún momento abrumados por las cosas que no saben cómo hacer. A cada paso tienen que tomar una decisión: ¿descubro cómo hacerlo por mi cuenta o necesito un coach?

La valía de un coach con experiencia

Claro que hay muchas cosas que podrá manejar solo, pero tarde o temprano tendrá que pedir consejo. Quizá tenga problemas con la forma de conseguir fuentes de entrada de clientes porque esté equivocando la estrategia comercial; tal vez un proveedor le defraude constantemente y no sepa romper amarras porque lleva tiempo con él. Podría tener dificultades para hacer una crítica constructiva a un miembro de su equipo.

Son cosas que nadie te va a enseñar en una escuela de negocios. Y es exactamente donde un coach podría resultyar de gran ayuda. Y cuando decirmos coach, no estamos hablando de un sexagenario con traje cruzado y zapatos de 800 euros, que cobra por hora para repartir anécdotas de su vida corporativa.


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Sino una persona o personas de confianza a las que recurrir cuando todo empiece a parecer complicado. Un apoyo es importante. No todo el mundo tiene la suerte de tener personas a su alrededor que ofrezcan diferentes perspectivas, lo que permite considerar un enfoque aún más holístico para ciertas decisiones.

Que entienda la naturaleza del negocio

El coaching puede provenir de muchos lugares diferentes. Un coach puede ser una persona, tecnología, grupos de iguales… Puede ser cualquier persona o cualquier cosa en la que uno confíe, y cuyo consejo sea relevante y digno de ser tenido en cuenta. Alguien o algo que está interesado en su bienestar y en el éxito de su negocio.

También puede ser productivo tener un consejero o un conjunto de personas (consejo) que le asesoren a uno. Cada una con sus propias áreas específicas de experiencia.

El coaching incluso se puede encontrar cerca de casa, como en el propio hogar. «Mis padres dirigían una empresa», cuentan no pocos emprendedores. «Mis abuelos lo fundaron, y mis padres trabajaron para hacerla grande toda la vida. Aprendí mucho sobre de ellos cómo administrar una empresa desde que era un niño; solo escuchándoles hablar sobre el trabajo todo el tiempo en la mesa, mientras comíamos. Me enseñaron cómo ser constante, cómo trabajar duro, cómo ser profesional… y lo importante que es amar tu trabajo».

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