Olmata explica que es posible entrenar el cerebro para seguir una dieta

seguir una dieta

El blog del Grupo Olmata asegura que casi la mitad de los españoles aumentó de peso durante el confinamiento, hace ahora dos años, según un estudio de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO). Y como todos sabemos, desprenderse de esos kilos de más no es sencillo. Una encuesta realizada por la misma organización ha concluido que 8 de cada 10 personas fracasan en su intento de bajar de peso, de seguir una dieta. En ello influyen múltiples factores. Aunque en contra de la creencia generalizada, la fuerza de voluntad no es la clave. Según los expertos, diferentes sistemas cerebrales pueden determinar el éxito o el fracaso a la hora de cumplir el objetivo de seguir una alimentación saludable o alcanzar el peso ideal a través de un régimen.

Así lo ha puesto de manifiesto el estudio Prefronto-cerebellar neuromodulation affects appetite in obesity, realizado por investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y las universidades de Harvard y Nueva York. El cual evidencia que la red del cerebro que está implicada en lo que los neurocientíficos llaman control cognitivo juega un papel fundamental. Diferentes regiones cerebrales se activan cuando algo nos gusta, porque supone un estímulo que nos gratifica y activa el sustrato nervioso del refuerzo. “Muchos alimentos generan la activación de ese sustrato. El que más, la glucosa. Es el equivalente a la activación que provoca la cocaína. Entre otras sustancias se liberan dopamina y serotonina”, señalan los autores del informe.

Problemas para seguir una dieta

Por otro lado, hay otra red en el cerebro implicada en lo que los neurocientíficos llaman control cognitivo. Un conjunto de funciones que son las que jerárquicamente están por encima de las demás. Se manifiesta cuando hay que tomar decisiones, elegir la opción más adecuada o buscar la estrategia que más se ajuste para resolver un problema. “Y todo esto es lo que llamamos control cognitivo, que nos diferencia de otros animales. Esto depende fundamentalmente de una estructura que se llama corteza prefrontal dorsolateral”, indica el grupo de investigación de estas universidades.

Es precisamente la región que activaron en el estudio en personas con obesidad a través de estimulación magnética. Una técnica que permite modular el funcionamiento del cerebro de una manera no invasiva. El resultado fue que, al aumentar el control cognitivo, los participantes en el estudio se decantaban por alimentos más saludables.


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Aunque la obesidad tiene muchas causas, una de ellas es el que el sistema del refuerzo está descontrolado y las personas se dejan llevar exclusivamente por él. Por lo que no tienen control sobre su propia conducta, algo que ocurre en otras adicciones. Pero aumentando la activación de la corteza prefrontal dorsolateral se consiguen dos cosas: que tengan más control sobre su propia conducta y que disminuya el deseo por el alimento que se quiere evitar.

Comida y emociones

Además de estos dos circuitos, también influye la parte emocional. Ya que hay una relación muy directa entre emociones e ingesta. Las investigaciones muestran que la adicción a los alimentos altamente apetecibles se ve muy afectada por la impulsividad y el estado de ánimo. El estrés crónico puede afectar negativamente al funcionamiento del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal. Lo que influye en el comportamiento alimentario y aumentando el deseo de consumir alimentos muy apetecibles.

Cuando se consume este tipo de alimentos poco saludables intentamos regular nuestro malestar emocional. Según un estudio realizado por psicólogos neerlandeses, las personas que más tienden a responder de esta manera no cuentan con estrategias de regulación emocional efectivas. La ira y la tristeza, junto con las emociones negativas relacionadas con experiencias interpersonales como la decepción, sentirse herido o la soledad, parecen ser un antecedente de los atracones, especialmente cuando se sufre ansiedad.

Además, algunos de los pensamientos poco saludables más comunes que expresan quienes fracasan al hacer dieta están relacionados con reglas autoimpuestas como “no puedo dejar nada en el plato” o “necesito que la comida cuente un postre o un capricho”, y valoraciones negativas como “creo que soy un fracasado” cuando en algún momento no logran cumplir la dieta o cuando la pérdida de peso se estanca.


Si deseas leer el artículo entero, u enterarte así de algunas pautas para entrenar el cerebro para seguir una dieta con éxito, puedes hacerlo pinchando este enlace del blog de Grupo Olmata.